Sin apoyos gubernamentales, la familia Ríos Mundo se ha organizado y a través de la producción de algunos frutos como la sandía, ha podido frenar el fenómeno de la migración entre su círculo cercano.
Se trata de una familia que habita la localidad de San Agustín Ostotipan, que pertenece al municipio de Mártir de Cuilapan, mejor conocido como Apango. El poblado se encuentra a unos 40 minutos de Chilpancingo.
Desde hace más de 20 años, en esos poblados ubicados sobre la franja del Rio Balsas, los habitantes encontraron en la producción de sandía, una oportunidad para el desarrollo de sus comunidades.
En el caso de la familia Ríos, el proyecto lo inició el señor Santiago, quien a través de la siembra de esta fruta y de otros granos como el maíz, sacó adelante a siete hijos, quienes ahora hacen lo mismo con sus esposas e hijos.
La producción de sandía ha ido a la alza en los últimos años, debido a que el clima cálido de esa micro región permite que esta fruta crezca naturalmente por la tolerancia a las altas temperaturas, ademas de que la tierra recibe nutrientes del río.
Con el clima y las tierras a favor, la familia enfrenta varios obstáculos, desde la falta de apoyos gubernamentales, hasta la falta de caminos para distribuir sus productos.
Tampoco cuentan con un mercado para colocar sus productos, por lo que en varias ocasiones incluso tienen qué apegarse a reglas impuestas por intermediarios, quienes sacan la mayor ganancia.
Dionicio Ríos, un integrante de la familia, coincide que debido a la forma en cómo se organizan, le ha valido que su producto sea consumido a nivel local y que el negocio pueda dar trabajo a unas tres familias.
Sostiene que con esta acción, se evita que familiares cercanos vayan a otros estados a trabajar en los famosos campos agrícolas, donde realizan un trabajo similar al que hacen a nivel local pero, en el que no está en riesgo su integridad.
Esta zona indígena al igual que otras partes del estado es conocida por su marginación, por lo qué diversos habitantes tienen que emigrar para mantener a sus familias.
Hace apenas unos días, en uno de esos poblados sepultaron a un joven de alrededor de 20 años, quien había salido de su comunidad hacia Baja California Sur a un campo agrícola, donde murió intoxicado.
Para Dionisio, en la producción de sandía evitaría que más personas salieran de sus comunidades a buscar ingresos, y por el contrario estarían con sus familias haciendo el mismo trabajo y activando la economía en el lugar.
La familia Ríos se encuentra en proceso de cosecha luego de iniciar con los trabajos alrededor de septiembre. Sus integrantes siembran alrededor de hectárea y media, en la que producen alrededor de 10 toneladas de sandía.
Con este trabajo que realizan, los hombres de la familia han dejado de salir a otros estados a buscar el pan de cada día, utilizan los conocimientos aprendidos para aplicarlos en sus tierras, siempre anteponiendo el cuidado del medio ambiente.