El dicho aquel que dice que un muerto va a descansar en la otra vida luego de haber sufrido en la terrenal, es solo un dicho ya que morirse hoy en día representa un costo económico que puede rebasar hasta los 100 o 150 mil pesos para una familia que realiza un sepelio en casa particular o en una funeraria donde cobran hasta el uso del aire acondicionado.
El gasto económico es excesivo para las familias, debido a un pago que inicia con la compra de una caja que en ocasionas puede costar hasta 20 o 30 mil pesos, el permiso de la inhumación al municipio que cuesta 664 pesos, sumado a esto los 553 por concepto de perpetuidad en caso de que no se tenga algún adeudo por el espacio en el camposanto donde será enterrado el finado, o en su caso la compra de los dos metros de tierra si es que no se cuenta con un lugar.
A estas cantidades de dinero, los familiares de los difuntos, también deben de cubrir en menos de 24 horas un pago que rebasa los cinco o los ocho mil pesos en mano de obra a quienes construyen la bóveda en los panteones, además del costo elevado que tiene el material como arena, varilla y cemento que se requiere para este trabajo donde será sepultado el familiar que se adelantó en el camino.
Lee también: Habrá “Cine entre las Tumbas” del panteón San Francisco
Un sepelio tiene un costo económico de 100 a 150 mil pesos, considerando desde la compra del féretro, hasta el gasto que se hace en alimentos por una noche y un día en las casas o funerarias donde se realiza la llamada velación, además de este, los deudos, también deben de considerar en sus gastos la compra de los llamados recuerdos para quienes llegan a dar el último adiós a quien ya partió, así como el café, el pago de camiones, el pan y hasta la misa que se hace de cuerpo presente antes de llegar a la última morada.
Otro de los problemas económicos a los que se deben de enfrentar los deudos de un familiar fallecido, son las deudas que este deja y que se deben de sumar a los gastos que se deben de hacer en un proceso de sepelio el cual tiene una duración de escasas 24 horas.
Posteriormente al sepelio y la inhumación, los gastos económicos para los familiares no terminan, ya que inicia otro calvario cada día que acuden a visitar a los panteones la tumba donde quedaron los restos de su familiar, estos representan entre 500 a mil pesos, debido a la compra de flores que tienen un costo de 800 a 100 pesos por ramo y en ocasiones hasta los 200 o 250 pesos, las veladoras, las cubetas con agua que los mismos sepultureros venden al interior de los camposantos.
Cada cubeta con aguas tiene un costo de 20 pesos y en ocasiones son dos o tres las que los familiares requieren para lavar la bóveda y para el arreglo de las flores que se colocan en cuatro o dos floreros, aunado a esto se le debe sumar el costo económico que pagan por los alimentos que también consumen en los panteones, al igual que las bebidas que pagan considerando el tiempo que permanecerán en el panteón.
La señora María Estrada, quien acompañada de sus hijos acudió al panteón a pintar la bóveda de un familiar previo al Día de Muertos, dijo que el mantener en buen estado una fosa representa un buen gasto económico porque además de limpiarla, lavarla y pintarla, se debe de pagar por la perpetuidad cada año y en ocasiones no se tiene dinero para cumplir con este impuesto, pero se busca para evitar que se corra el riesgo de perder el pedazo de tierra.
“Cada año venimos a pintarla antes del Día de Muertos, y en cada diciembre pagamos la perpetuidad, tenemos más de diez años haciéndolo, por lo que uno cuando se muere no termina de darle dinero al gobierno”, expresó la ama de casa quien esperaba bajo la sobre un árbol a que su hijo terminara de pintar la fosa ubicada en la primera etapa del Panteón de las Cruces.