El matrimonio de Jesús y Casandra es sinónimo de que querer es poder, puesto que debido a sus trabajos, aproximadamente cada cuatro meses pueden coincidir y estar juntos en familia con su hija pequeña.
Él, es originario de Veracruz y ella de Chilpancingo, en Guerrero, y el destino los llevó a conocerse en Irapuato, Guanajuato, donde ambos trabajaban para el Ejército.
Fueron una de las parejas que contrajeron matrimonio este martes, en las bodas colectivas que organizaron las autoridades para celebrar el Día del Amor y la Amistad.
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De acuerdo con Jesús, llevan dos años viviendo “juntos” y hace apenas unos meses decidieron casarse, como una medida para buscar que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) pudiera revisar sus expedientes y poder dejarlos en una zona cercana.
De momento, son escasas las veces en que la pareja puede coincidir en vacaciones para pasar tiempo en familia, y cuando eso ocurre, se da cada tres o cuatro meses.
Ante esta situación, la pareja recurre a llamadas o videollamadas para sentirse cerca. Para ellos, las tecnologías les permite estar a sólo una llamada.
Esta decisión de casarse por el civil, es un paso que dio la pareja para formalizar su relación y esperan que en próximos años puedan casarse por la iglesia y puedan organizaron una buena fiesta para celebrar.
Para Jesús, la distancia no es un problema y sostiene que en una relación siempre hay obstáculos y que “querer es poder”, mientras que Casandra, opina que en la vida en pareja todo se puede, mientras exista cariño y confianza.