En la vida no es sólo criar a los hijos y dejarlos volar, también es el deber de toda madre velar por sus nietos y estoy con uno de ellos, asesorando y estudiando a su lado, para terminar juntos la preparatoria.
Esta es la historia de la señora María de los Ángeles Ortiz, quien dice que nació en una comunidad de Atoyac de Álvarez, de ahí a los 9 años de edad, sus padres salieron y viajaron al puerto de Acapulco, fue donde se hizo adulta y conoció a su esposo.
Señaló que, de esta unión, tuvo tres hijas, todas son profesionistas y se casaron, actualmente tiene 7 nietos, pero uno de ellos nació con el padecimiento de autismo y es con quien tiene mayor contacto afectivo y emocional.
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Mi hija me pidió que le ayudara con su hijo Héctor y acepté, es un niño tranquilo y está bien identificado conmigo, por eso lo llevé a estudiar su preparatoria al Centro de Atención a Estudiantes con Discapacidad, en donde me pidieron que lo asesorara.
Doña María de los Ángeles, dice que recordó que no terminó su prepa y sin pensarlo mucho, también se inscribió y ahora son compañeros de aula, donde además comparten el recreo y las tortas, pero lo más importante es que aprenden juntos.
Él me ha inspirado y entender que nunca es tarde para seguir superándose, pero sobre todo a continuar formándome académicamente y porque no, estudiar una carrera al lado de mi nieto, mi pequeño compañero de clases.
Indicó que, a pesar de su padecimiento, su nieto habla muy bien, pero es solitario y es poco afecto a socializar, pero a su lado da rienda suelta a su creatividad y lo apoya en todo, “es un niño que está aprendiendo y pronto, estará estudiando la universidad y una carrera”.