El "Chala", como es conocido por sus compañeros de trabajo, se gana la vida lavando autos en el río del Camarón, oficio del que ha sacado adelante a sus hijos.
Al cumplir treinta años como lava autos, dice con orgullo que es uno de los que llegaron al río del Camarón, después de reubicarlos de Malaespina, cerca de donde estaba el cine Playa Hornos.
De pequeña estatura y de pocas palabras, se refiere que es originario de Costa Chica, desde donde viajó al puerto de Acapulco y aquí se quedó, empleándose en varios oficios.
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Finalmente conocío a un amigo que lo llevó a ayudar a lavar autos y aprendió, a partir de ese momento se independizó y aprendió a poner el jabón, echar el agua y dejar limpio por dentro los primeros autos que tuvo bajo su responsabilidad.
El "Chala" ahora tiene sus propios clientes, que lo aprecian es muy meticuloso para limpiar los interiores y lavar la carrocería, mejorando su propio toque personal.
Reconoce que hay mucha competencia, pues cada día llegan más jóvenes a pedir una oportunidad y se quedan, pero confía en la lealtad de sus clientes a quienes atienden de lunes a sábado en el río del Camarón.