Hace malabares con machetes para ganar unos pesos

José Alfredo aprendió a manejar las filosas herramientas viendo a los payasos en cruceros de Iguala

Abel Miranda / El Sol de Acapulco

  · sábado 7 de septiembre de 2024

Arriesgadas maniobras con los machetes. / Foto: Abel Miranda | El Sol de Acapulco

Hacer malabares con machetes es algo que a José Alfredo se le dio de manera natural y lo aprendió sólo viendo a otros payasos de crucero en la ciudad de Iguala, su destreza le permite lanzar el afilado artefacto por debajo de su pierna y recuperarlo para volverlo a lanzar mientras gira sobre su propio eje, todo eso durante los escasos segundos que dura en cambiar un semáforo y luego pedir una moneda.

José Alfredo Nació en Iguala pero vino a visitar a su madre a Chilpancingo, aprovechó para ganarse unos pesos en la avenida Guerrero a un costado de la Alameda Francisco Granados Maldonado.

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“Hay que echar un poco de relajo con las personas, tratar de divertirlos y sorprenderlos para que se desprendan de una moneda que es la que nos ayuda a nosotros”; señaló el joven de 18 que desde los 9 conoció la calle luego de la separación de sus padres y quedar sólo con sus hermanos en Iguala.

Todos los días tiene accidentes que en ocasiones le han provocado cortaduras. / Foto: Abel Miranda | El Sol de Acapulco

Con la venta de aguas frescas ha sacado adelante a su familia. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco

Indicó que estudió hasta quito año de primaria y recientemente se acaba de juntar a vivir con una joven con la que busca formar un hogar y aunque a él le va bien en el crucero porque su acto le gusta a la gente, lo que sueña es que cuando tenga un hijo estudie y se convierta en un profesionista “yo me voy a chingar aquí en el rayo del sol para que estudien y a ellos les vaya mejor”.

Explicó que accidentes tienen casi todos los días que trabajan, se han cortado en los dedos, los brazos, las piernas, rodillas y hasta en la cabeza, pero todo leve, nada que con un curita no quede listo para seguir en el show.

Él junto a su hermano que también es malabarista se colocan en la esquina de la Avenida Guerrero y Nicolás Catalán, frente a las pinturas Comex y tratan de no mezclarse con otros trabajadores callejeros que hay en Chilpancingo porque la mayoría son viciosos.

“Nosotros trabajamos por necesidad pero hay muchos que sólo vienen a mantener su vicio, vemos que hay varios que hasta han quedado loquitos por las drogas pero no consumimos nada venimos a ganarnos unas monedas solamente”.