A falta de espacios públicos en Acapulco para desarrollar de manera libre una expresión artística que se realiza a través de la pintura y aerosoles, cientos de jóvenes plasman su trabajo de los llamados grafitos en bardas públicas, privadas y en fachadas de negocios comerciales.
Para muchos el grafiti es considerado como un acto de rebelión y de falta de respeto a la sociedad, pero otros consideran que esté arte representa una expresión artística, por el cual se puede plasmar desde un acto de protesta, sentimiento humano, hasta una crítica social en represalia a los procesos de discriminación, de abuso a mujeres y de ingobernabilidad por parte de las autoridades.
En Acapulco este proceso plasmado en líneas y figuras multicolores llamado entre los jóvenes también como arte urbano, está invadiendo desde bardas públicas, hasta paredes de propiedades privadas y cientos de establecimientos comerciales que debido a la crisis económica provocada desde hace más de dos años por el tema de pandemia del Covid-19, se encuentran cerrados.
Lee también: Arte urbano da vida y visión al puerto de Acapulco
De acuerdo a la historia, el Grafiti, es una expresión artística y urbana que principalmente es realizada por jóvenes y adolescentes que quieren ser escuchados debido a sufrir hasta cierto punto algún tipo de problemas social, o simplemente por el gusto de expresar acontecimientos sociales, algún tipo de sentimiento humano o en otro de los casos alguna crítica social a través de la pintura y el trazado de imágenes que hacen hasta en espacios privados.
El origen de la palabra “graffiti” proviene del término griego “graphein”, que significa dibujar, escribir o rayar, acciones que se pueden ser por jóvenes con aerosoles o diferentes tipos de pinturas que son adquiridas en costos que van desde los 120 pesos hasta los 250 considerando la marca de cada pintura adquirida.
En la ciudad, la falta de espacios asignados por las propias autoridades para realizar los grafitis de manera libre, ha ocasionado que cientos de jóvenes dedicados a este arte, invadan de manera irregular sitios particulares como bardas de casas, edificios, así como cortinas de un gran número de negocios comerciales que quedan dando un mal aspecto al público, además de algunas unidades del servicio público.
Entre las zonas de la ciudad, donde se registra un mayor número del llamado arte grafiti, se encuentran propiedades de en la Avenida Cuauhtémoc, el Bulevar Vicente Guerrero, la Avenida Ruiz Cortines, el bulevar de Las Naciones, Unidades Habitacionales como El Coloso, hasta la misma Costera Miguel Alemán considerada como principal arteria vehicular de este destino de playa.
El objetivo principal del Grafiti no está debidamente definido, sin embargo, este sistema de pintar sin un proceso de lineamientos y trazos en bardas, unidades del servicio público y en negocios, puede tener diferentes connotaciones entre la misma sociedad desde la rebeldía hasta la creación de un mensaje a la sociedad.
Fue en los años 60 del siglo pasado, cuando el pintar áreas públicas se empezó a denominar como el arte del graffiti a todas aquellas figuras o inscripciones que pueden tener un fin artístico, sobre las paredes exteriores de un edificio, de una casa o de cualquier tipo de objeto que se encuentre en la llamada Vía Pública.
Reparar bardas de casas grafiteadas, representa gastos superiores a los cinco y diez mil pesos
Según dueños de propiedades que han sido invadidas por los grafitis, el rehabilitar un área representa un gasto económico que va desde los cinco mil a los diez mil pesos, considerando la compra de la pintura, brochas, rodillos hasta el pago de la mano de obra.
Fidel Pérez Ocampo, es propietario de una vivienda ubicada sobre la lateral de la avenida Cuauhtémoc, la cual ha sido grafiteada en tres o cuatro ocasiones, durante este tiempo ha realizado gastos superiores a los diez mil pesos debido a que no solo la barda de su propiedad ha sido utilizada para realizar grifitis, sino también portones de acceso a su propiedad y cortinas de sus dos negocios.
“Este tipo de pinturas en las bardas, no son bien vistas por la sociedad, consideró que las autoridades, si deberían de buscar algunas áreas de la ciudad, para realizar los grafitis, no es bueno que se abuse pitando las bardas de las casas porque esto genera un gasto económico alto sobre todo en estos momentos en que se sigue padeciendo una crisis”, expresó.
El grafiti, como un producto cultural practicado principalmente por jóvenes que van desde los 17 a 23 años de edad, y nació en los años 60 en los Estados Unidos, específicamente en el barrio de Bronx en Nueva York.