La familia de Héctor González ha vivido en carne propia la dificultad de emprender en un lugar como Chilpancingo, donde no hay apoyos para quienes tienen la iniciativa de comenzar un negocio.
Su familia, es originaria de la localidad de El Edén, un pueblo conocido por tener como actividad económica principal la producción y venta de café.
Ellos vinieron a Chilpancingo, en la búsqueda por lograr estabilidad para la familia y desde 2019, se convirtieron prácticamente en vendedores ambulantes de café.
Eso surgió a raíz de la necesidad de incrementar las opciones de obtener ingresos, por lo que con ahorros lograron hacerse de sus propios recursos materiales y también en obtener una marca para el café que producían en sus huertas.
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Así surgió el café Colibrí Coqueta, con el que ahora prepararan algunas bebidas calientes, como el popular Café Americano, lattes y capuchinos. Para esas bebidas utiliza un café “lavado o pergamino” que es semidescafeinado” y el café capulín, un café intenso.
A cuatro años de haber iniciado el negocio, Héctor señala que el éxito de su cafetería ambulante, es porque se trata de un producto de calidad, 100 por ciento local, y que se sirve “personalizado”, es decir, al gusto del cliente.
Mencionó que al inició tuvieron que remar contracorriente porque las personas no conocían la calidad del producto, aparte por lo complicado de pagar un local en Chilpancingo, donde los precios se encuentran por las nubes.
Aunado a eso, porque no recibieron ningún apoyo gubernamental para echar a andar el negocio y a la fecha desconocen si existe algún programa para que puedan ser beneficiarios con algún apoyo.
Ante esa situación, la familia de Héctor aprovecha cualquier oportunidad que se les presente para que la población los conozca. Aprovecha los tianguis, “zocaleadas” y cualquier permiso que les conceda el ayuntamiento para vender en el Zocalo y poder darse a conocer.
Actualmente, la familia ya cuenta con un modesto espacio para vender sus bebidas calientes, aunque este es muy pequeño, y por el momento solo se ofrecen los productos para llevar, ante la falta de espacio y de mobiliario para recibir a la clientela.
Entre risas, Héctor señala que las altas temperaturas que se registran en Chilpancingo, no han afectado las ventas del café, ya que señaló que un amante del café consume la bebida aún si es mediodía y con gotas de sudor en la frente.