Su discapacidad no es obstáculo para desplazarse y despachar gasolina a don Jorge, quien se esmera para dar un buen servicio y ganarse una propina, "para llevar el sustento a la familia".
Apoyado en su muleta y cumpliendo con las normas sanitarias de portar su cubreboca para evitar contagios de Covid-19, se entrega a su trabajo con ahínco y dedicación.
Sin dejar de atender a los automovilistas, que envían carga combustible en la estación de gasolina de La Diana, orgulloso revela que perteneció al Ejército Mexicano, pero se dio de baja.
En ese tiempo, recuerda que sufrió con su familia tiempos difíciles, pues cuando se dirigió a su domicilio en Bajos del Ejido, municipio de Coyuca de Benítez, lo atropelló un vehículo y le usó una fractura en el pie izquierdo.
"Como estaba sin trabajo, no me pude atender mi lesión y en mi casa me curaron, pero el hueso no lo pudo enderezar y mi pie quedó torcido y ahora uso una muleta para poder desplazarme", dijo.
Pero gracias a Dios aquí me dieron trabajo, tengo 26 años como despachador de gasolina y de este trabajo sostengo a mi familia. Yo no me rindo y vengo siempre a cumplir con mi horario.
Enseguida se disculpa, porque tiene que entregar una factura a un cliente y se desplaza a la oficina, dando ejemplo de que cuando se quiere se puede.