Los huipiles tradicionales del negocio que encabeza Fortino Lorenzo Martínez, mejor conocido como Flor Amuzga, son exportados a ciudades de Estados Unidos y Europa.
El negocio que lleva el mismo nombre como se le conoce a Fortino ha trascendido fronteras, no sólo porque ha logrado colocar sus productos fuera del país, sino porque este lo integran principalmente chicas transgénero, que habitan una zona indígena y de rezago en el municipio de Ometepec, conocida como Zacualpan.
Los productos son presentados en el Congreso del Estado, en la segunda edición de la Feria Gastronómica y Artesanal 2022, que busca promover el trabajo de decenas de artesanos de la entidad.
Para esta edición y de acuerdo con la temporada decembrina, el producto fuerte de este grupo de emprendedoras es un huipil con la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Flor señala que el huipil de telar lleva 8 meses hacerlo, mientras que el de bordado de punta y cruz, año y medio.
Los precios de ambos productos, van de los 9 mil 800 hasta los 35 mil pesos, respectivamente.
Los nocivo para este negocio es el regateo, dice Flor, quien resalta que también hay muchas personas que reconocen la labor de las artesanas y pagan el precio establecido.
Muchas personas le han comentado que el precio de sus productos es muy elevado, sin embargo, se trata de una pequeña empresa que da factura de compra, que paga renta, servicios de contaduría y también el salario de empleadas.
Esa zona de Costa Chica, es ampliamente reconocida por sus artesanías textiles, donde son confeccionadas blusas, huipiles, manteles y servilletas.
Todo es artesanal, desde la producción del algodón silvestre el cual se convierte en hilo, pasando por la pigmentación que se le da a través de procesos ancestrales, seguido de la elaboración de la prenda, la cual se hace con ayuda del telar de cintura, un artefacto donde se mezclan los hilos y que se luego se convierte en un tejido.