Con destreza y habilidad, "El Moro" talla la madera para tablas de surf en miniatura, que después vende a los turistas en la playa Revolcadero y Condesa, donde practica este deporte.
A sus 67 años de edad, con entusiasmo cuenta que el surf es un deporte acuático que aprendió desde adolescente y que es su pasión desde hace 50 años.
Para quienes no entienden las reglas de este deporte acuático, les explican a los que le ponen atención, que consisten en realizar amplios giros y maniobras aprovechando la fuerza de una ola, sobre una tabla.
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El Moro refiere que para ganarse la vida, desde hace 30 años se dedica a tallar la madera y elaborar con cuidado las tablas de surf en miniatura.
"Es un proceso que hago con estopa, thiner, sellador y laca transparente, pero también combino colores y les doy ese toque extra cubriéndolo con laca transparente para conservar los adornos", dijo.
Dice que desde temprano recupera las playas, aunque son las multas de semana cuando aprovecha el incremento de paseantes, para vender sus tablas de surf en miniatura.
Su mercancía la exhibe sobre una hoja de triplay, que carga con facilidad y tiene un espacio más amplio para mostrar sus artesanías de madera.
Una vez que concluye con su explicación, el Moro, como le gusta que le digan, se retira y va en busca de clientes, porque el tiempo apremia y el sol, quema, cae a plomo en la franja de arena del puerto de Acapulco.