"El Chato", tránsito ciudadano sin placa ni uniforme

Javier Durán se gana la vida desde hace ocho años controlando el tráfico en una calle del Paseo Alejandro Cervantes Delgado de Chilpancingo

Juan Manuel Molina | El Sol de Acapulco

  · viernes 3 de marzo de 2023

Con el tiempo se ha ganado su lugar. / Foto: Juan Manuel Molina | El Sol de Acapulco

Desde hace más de ocho años, “El Chato” se gana la vida controlando el tráfico en una calle del paseo Alejandro Cervantes Delgado de Chilpancingo.

Son las 3:00 de la tarde de un jueves, y en ese transitado sitio, se oye la voz aguardentosa de Javier Durán, quien da la señal a los automovilistas para que avancen o en su caso se detengan.

Literalmente, se le seca la boca y emana una gota de sudor por cada moneda que recibe. Lleva así varios años, siendo un agente de tránsito sin uniforme ni placa.

Comenzó a trabajar en ese lugar desde 2015, cuando la necesidad lo obligó a salir a las calles a buscar el sustento para su familia.

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Desde que llegó a ese punto, empezó a tener muchas trabas, incluso de la misma autoridad quien le prohibió prestar sus servicios, debido a que no contaba con los conocimientos viales necesarios.

Sin embargo, su lucha le ha permitido sortear esos obstáculos, hasta ganarse ese sitio, donde ahora ya cuenta con varios amigos, principalmente choferes del transporte público.

Con el gobierno municipal actual, "El Chato" comenzó a recibir una compensación por sus servicios. También le dieron un chaleco con la leyenda “Servicios Públicos” en la parte de la espalda. Solo se acompaña de una botella de agua y un silbato.

Se ha hecho de amigo de los choferes que transitan la vialidad. / Foto: Juan Manuel Molina | El Sol de Acapulco

Otra parte de sus ingresos la obtiene de los conductores que se detienen o que incluso con los vehículos en movimiento le arrojan algunas monedas sobre el concreto.

Las opiniones son divididas de los automovilistas sobre los servicios que presta el chato, pues mientras algunos le dan algunas monedas, otras le gritan que es un estorbo.

“Yo digo que sí (funciona su trabajo), mientras mi gente me apoye aunque sea con un peso, cincuenta centavos o las gracias o mentadas de madre y todo eso, la mayoría sí me apoya”, señala.

Mientras el Chato está en funciones, controlando el pase de vehículos, el tráfico fluye, pero cuando no está el, el tráfico también fluye pero en más de dos ocasiones, dos coches estuvieron a punto de chocar.