Con una sonrisa nerviosa en los labios y los ojos medios llorosos, Francisca Arellano, narró paso a paso el sufrimiento que padeció luego de que en marzo del 2017, le cambiará la vida al confirmarse que tenía cáncer de mama.
Este padecimiento es un mal muy doloroso que aqueja a muchas mujeres que sufren al extirparles una parte muy importante de su cuerpo, el seno, el cual caracteriza a este sexo.
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Hoy la vida le ha cambiado, porque ha entendido que las cosas pasan por algo, sabe que tiene una misión que Dios le ha encomendado el ayudar a sacar adelante a muchas mujeres que como ella pensaron en la muerte cuando un oncólogo les dijo que padecían la enfermedad que termina en un momento con las ilusiones y con las ganas de seguir viviendo.
Sus ganas de vivir la hicieron sumarse como voluntaria para ayudar con su experiencia de vida a todas aquellas mujeres que buscan la comprensión y el acompañamiento a la asociación humanitaria “Reto”.
“El cáncer de mama sí es muy fuerte porque cuando a una mujer le dicen que tiene cáncer es la muerte, se le viene a una todo a la mente, todo lo malo y lo bueno, pero gracias a Dios ahorita la ciencia está muy avanzada , los medicamentos muy avanzados, por lo que es muy difícil perder la vida por esta enfermedad que es muy difícil llevar a cabo durante un largo proceso en el que se somete a fuertes dolores ocasionados por las quimioterapias”, expresó.
Vestida con una playera blanca que tiene un costado el logotipo del árbol de la esperanza y la vida que representa la asociación a la que se sumó, admitió que definitivamente cambió su vida , pero también resaltó que es muy importante el apoyo de la familia, amigas y de quien te rodea desde el momento en que recibe el golpe duro de un resultado positivo, hasta el proceso de recuperación y de tratamiento que tarda, pero llega con el cuidado y el cumplimiento de cada uno de los pasos que te recomienda quien te atiende .
“Aquí estoy y estoy de pie , recibí quince quimios una cada semana , hay que darle animo a la gente que aquí no termina la vida que cuando te detectan el cáncer o le dicen que sufre la enfermedad, ahí no termina la vida, pero para esto es necesario el apoyo de las familias, porque aun cuando la ciencia está muy avanzada, los buenos pesos y los ánimos son la mejor medicina para seguir de pie y en lucha” , precisó al momento de recordar que por su enfermedad lloró mucho pero a hora le toca sonreir y ayudar a quien lo necesita a traves de su trabajo en la asociacion Reto.
Acompañada por u na de sus hermanas que también se sumó a la ayuda social a mujeres con cáncer de mama , Francisca, dijo que tiene una hija vive en la Ciudad de México debido a su trabajo la cual se convirtió en su fortaleza durante todo el proceso de tratamiento que tuvo para combatir el cancer de mama.
Con una sonrisa en la boca y con los ojos medios llorosos, expresó que su hija venia al puerto cada fin de semana, porque cuando estaba expuesta a las d olorosas quimios debido a que se encontraba en el nivel tres, y su hija y sus amigas y su familia siempre estuvo ahí.
Aseguró que con las quimios se siente una tan mal, pero la verdad es muy importante el apoyo familiar y de los amigos, es muy muy importante porque ellos hicieron, que se me levantó el ánimo cuando por los fuertes dolores ya no quiere hacer nada
“Aquí estoy y estoy de pie, hay que darle animo a la gente que aquí, no termina que cuando te detectan el cáncer o le dicen que lo padecen, ahí no termina la vida sino todo lo contrario inicia una nueva etapa de sobrevivencia, de reto y de lucha por salir adelante”.
Dijo que uno tiene que seguir adelante, que se debe de amar porque si nos amamos y nos queremos tanto, todo lo que pase afuera no nos va hacer daño, no están solas somos muchos y estamos de pie. Dios nos dio un propósito en esta vida de luchas y desafíos.