Brasil debe demostrar que puede reducir la deforestación en el Amazonas antes de que Noruega reanude los pagos en apoyo de la preservación de la selva tropical, dijo el ministro noruego de Medio Ambiente.
Noruega trabajó estrechamente con Brasil para proteger el ecosistema entre 2008 y 2018, enviando 1,200 millones de dólares al Fondo Amazónico, que paga a Brasil para prevenir, vigilar y combatir la deforestación. Oslo ha sido el mayor donante a la causa.
Pero la destrucción de la selva tropical ha aumentado desde que el presidente derechista Jair Bolsonaro asumió el cargo en enero de 2019, debilitando la aplicación de la ley y pidiendo el desarrollo de la región, además de cambiar la gobernanza del fondo.
Aun así, Brasil solicitó a principios de este mes 1,000 millones de dólares de ayuda en un periodo de 12 meses a países como Estados Unidos y Noruega para ayudar a reducir la deforestación entre un 30% y un 40%.
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Oslo, que en 2019 congeló fondos por más de 5,000 millones de coronas noruegas (585 millones de dólares), dijo que las conversaciones con Brasil están en curso.
"Las condiciones para una puesta a disposición de estos fondos es que la deforestación disminuya sustancialmente y que se llegue a un acuerdo sobre la estructura de gobernanza del Fondo Amazónico", dijo el ministro de Medio Ambiente, Sveinung Rotevatn.
La deforestación en la selva amazónica de Brasil disminuyó en el primer trimestre de 2021, según datos preliminares, pero las medidas son inciertas y los expertos también señalan un preocupante salto en la destrucción en marzo.