Don Evaristo de oficio bolero sobrevive a la modernidad

Don Evaristo Morales todos los días acude al Zócalo de Acapulco para lustrar los zapatos de sus clientes, un oficio que se esta extinguiendo con el paso de los años

Celso Castro / El Sol de Acapulco

  · sábado 6 de abril de 2024

Don Evaristo Morales en el Zócalo de Acapulco se encuentra listo para lustrar los zapatos de sus clientes. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

A sus 63 años es de los pocos que lustran el calzado en el Zócalo de la ciudad porque quedan pocos clientes en virtud que la mayoría de los ciudadanos hoy usa tenis o no les interesa darse una boleada.

A la sombra de una sombrilla y teniendo como fondo la música de un organillo, oficio también en vías de extinción, don Evaristo Morales, ve pasar el tiempo.

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Eso sí, llego bien tempranito para instalar sus herramientas de trabajo, que consiste en una silla adaptada con un cajón y porta pies, listo para atender a sus clientes.

Lo material se recupera, pero la vida no, señala el trovador. / Foto: Celso Castro | El Sol de Acapulco

No obstante, en la actualidad parece ser que el trabajo de bolero está a punto de ser olvidado, esto, porque las nuevas generaciones no recurren a este tradicional servicio para hacer lucir sus zapatos.

Don Evaristo, con tristeza revela que el oficio de lustrador de zapatos o limpiabotas, es un negocio que ya no deja "la gente pasa, pero no se detiene y camina de largo".

Esta noble actividad tiene más de un siglo de historia y es parte de la cultura mexicana, pero al paso de los años, quienes se dedican a brindar este servicio se han dado cuenta que va en franca decadencia el ser bolero.

Antes, era un trabajo que rendía culto al esplendor del calzado y hoy en día apenas se gana de cien a ciento cincuenta pesos, que es muy poco y por eso cada vez hay menos personas que ejercen el oficio de bolero.