Las playas de Acapulco, no sólo son fuente de trabajo e ingresos económicos para miles de prestadores de servicios turísticos y empresarios, sino también para quienes llegan de otras ciudades a ofrecer su arte, como José Luis, quien desde hace 20 años realiza esculturas con resina para comercializarlas y poder tener recursos para su familia.
Cansado y con un rostro sudoroso por caminar sobre la pesada arena de las playas, José Luis López Radilla de 45 años de edad, carga entre sus dos manos más de diez de sus esculturas, y las ofrece a los turistas que disfrutan del sol y del mar en este periodo de vacaciones de verano.
“Es artesanía bien elaborada de resina, las traemos desde Toluca donde la trabajamos entre la misma familia, y una vez terminadas, las traemos a ofrecer aquí en Acapulco, este trabajo es una tradición de familia, ya somos la tercera generación que nos dedicamos a esto y ahora, ya le estamos enseñando a nuestros hijos el trabajo que pueden hacer con sus manos”, expresó durante su caminar por las playas en busca de sus clientes.
Camina con los Cristos que hace con la resina entre sus manos y con la figura del famoso Don Quijote, así como de la Hermosa Diana Cazadora, obra que, según José Luis, es la que más se vende en Acapulco, debido a que los visitantes que son sus principales clientes en el puerto creen que la hacen en honor a la estatua que se tiene sobre la costera Miguel Alemán.
Tal y como lo hicieron sus padres y sus abuelos hace 20 años, José Luis el artesano como lo conocen en su ciudad de origen, ahora le toca enseñarle este oficio a sus dos hijos, quienes seguramente seguirán la tradición de las artesanías con el material de la resina.
Cubierto con una gorra verde con colores de militar y una pequeña toalla que le sirve para secarse el sudor en su rostro, José Luis camina un día en playa Papagayo, otro más en Caleta, Caletilla y hasta en la zona Diamante donde también vende alguna que otra artesanía a los turistas de un mayor poder adquisitivo que llegan a esa zona de mayor poder adquisitivo de Acapulco.
Desde el inicio de la temporada de vacaciones llegó al puerto cargado con sus artesanías, mismas que buscará en su caminar vender para regresar a su ciudad para iniciar nuevamente a la realización de nuevas figuras junto a su familia que también está involucrada en lo que llama el negocio familiar que les da para sobrevivir.