Miguel Contreras, originario de la Ciudad de México, durante más de 25 años se ha dedicado a cantar melodías rancheras en la Plaza Garibaldi, pero para despejarse un poco de la reciente muerte de su madre se vino a Acapulco.
Acompañado por unas maracas recorre las playas de la bahía de Santa Lucía ofreciendo a los bañistas cantarles a cambio de unas monedas para poder comer y permanecer unos días más en el puerto.
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“Ahorita estoy aquí en Acapulco, porque acaba de morir mi mamá, la enterramos en Michoacán, y estoy despejando la mente, sé que pronto me voy a ir, estoy ganándome la moneda honradamente busque trabajo, pero todo está ocupado”.
A Miguel no siempre lo acompaña la suerte al ofrecer su servicio ya que hay días que solo gana 60 pesos y otros hasta 200, debido a que lo consideran como “vagabundo”, porque no trae puesto su traje de charro.
Él aprendió a cantar desde los 18 años y su profesor fue el padre de Valente Pastor, además de interpretar melodías también es actor y ha trabajado en Televisa.
“Soy actor, traigo mi credencial de la actuación de la asociación nacional de actores, conocí al señor Andrés García, a Palazuelos, a él lo he doblado. Trabajé en el stand de televisa, pero actualmente muchos actores quedaron desempleados, y yo me gasté todo mi dinero con la salud de mi mamá, y esto es así a la vida se le da la vuelta, el dinero va y viene, la vida ya no regresa”.
El cantante y actor pasará unos días más en el puerto e irá a la Ciudad de México por su traje de charro para integrarse a un grupo de mariachis de Acapulco y tener un empleo.
“Ya hablé con los mariachis de aquí de la Cuauhtémoc, ya me ubicó uno, me comentó que los trajes aquí están en 4 mil pesos, entonces le dije déjame relajarme un poco, voy por mis trajes y ya regreso a trabajar”.