De piquito, en el cachete, tronado, romántico o atrevido, con los ojos cerrados o para quemar calorías, el beso es una muestra de amor y cariño que las parejas, amigos y familias disfrutan, principalmente este 13 de abril que se festeja el Día Internacional del Beso.
Esta festividad surgió a raíz de que en 2011 una pareja protagonizó el beso más largo de la historia en un concurso en Tailandia en un día como este.
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Ese beso duró 46 horas, 24 minutos y 9 segundos. La pareja ya contaba con una marca jamás registrada, no obstante, logró nuevamente en 2013 superarla y registrar un nuevo récord mundial con un beso que duró 58 horas, 35 minutos y 58 segundos.
Los besos se consideran una de las muestras de afecto más importantes, se estrechan vínculos y en donde es común encontrarse a personas disfrutando esa unión entre sus labios.
Entres las amistades la situación es parecida, el beso en la mejilla se ha vuelto a utilizar con la familia, compañeros de trabajo y amigos.
El beso no solo es una muestra de afecto, también se ha convertido en una práctica social al saludar, despedirse, el comienzo de una historia de amor, y también es considerado como quemador de calorías, ya que por cada minuto que se pase besando apasionadamente a otra persona se queman entre 5 y 24 calorías debido a que se involucran de 23 a 34 músculos faciales y 112 músculos posturales.
Además, de acuerdo a la la revista Muy Interesante, cuando se besa el cerebro manda una señal para aumentar la sensibilidad en los labios y estos están repletos de terminaciones nerviosas, lo cual libera neurotransmisores como la dopamina, oxitócica y serotonina; como resultado de ambos factores se experimenta placer.