Bajo el primer albor de un cielo neutro donde la luna se transparentaba rígida, ya de retirada, Inés deja su hogar para ir a trabajar a un establecimiento ubicado en la Zona Dorara del puerto de Acapulco.
Esa es su rutina diaria, para poder mantener a sus dos hijos, quienes cursan la primaria, pero que son su motivo de existir y de su tenacidad para no rendirse ante los desafíos de la vida.
Su empleo es administradora de una tienda de abarrotes, donde tiene que abrir desde las 7:00 de la mañana, por eso tiene que levantarse a las 5:00 de su hogar que tiene en Puerto Marqués y viajar hasta el Fraccionamiento Magallanes.
Lee también: Arquitecto urbanista de profesión, terminó de policía ¡y lo despidieron por pedir mejoras salariales!
Tengo que pagar 40 pesos de ida y otros 40 de regreso, pero lo que gano nos alcanza para pagar los estudios de mis dos hijos y para comer, así como para cubrir otros gastos, indicó.
Sobre su pasado, Inés, dijo, que se casó y vivió, con sus altibajos con el padre de sus dos pequeños, hasta que ya no se comprendieron y de mutuo acuerdo, disolvieron su matrimonio.
Fue cuando asumió el papel de padre y madre, lo que significó sacrificar todo, pero nunca se arredro ante la vida, aunque tuvo que trabajar de mesera en una taquería y después se contrató como administradora de la tienda de abarrotes.
Actualmente, aprendió el manejo del negocio, pero tiene que poner toda su atención a sus clientes y sacar bien las cuentas, porque no hacerlo tendría que reponer de su bolsa el faltante.
Sin embargo, en sus siete meses no ha tenido ningún problema, los dueños del establecimiento están satisfechos con su desempeño, por esa razón no se distrae y, la entrevista fue sin que dejara de cumplir con su trabajo, con el que gana el salario para su manutención.