Los transeúntes pasan indiferentes a las revistas y periódicos de ediciones pasadas que tapizan el puesto de don Narciso, quien admite que ya no es negocio.

Ubicado en la calle Matamoros, cerca del mercado de Tepito, todos los días instala su puesto de revistas y periódicos, pero ya casi nadie los compra, pues prefieren hacer uso de sus dispositivos móviles o usar el Internet.

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En breve plática, dijo que antes trabajó de carnicero, le iba muy bien, pero después por problemas tuvo que dejar su empleo y lo invitaron a dedicarse a la venta de periódicos.

Me uní a la Unión de Voceadores y después de hacer méritos, pude hacerme de mi puesto de revistas, me fue tan bien que mejoré mis ingresos y saqué adelante a mi familia.

Sin embargo, don Narciso con melancolía acepta que se acabó la bonanza, pero a pesar que bajo a casi cero sus ventas, nunca se rindió y tampoco dejó de trabajar.

Como no le iba nada bien, ideó meter dulces, bolsas de plástico, entre otros productos, que son con los que saca el día, que no rebasan los 200 pesos.

Pero no se desanima, por el contrario le sonríe a la vida y atiende su negocio con buen ánimo, siempre optimista de que se tratará de un buen día y que el día siguiente será mejor.

Con orgullo refirió que acaba de cumplir 45 años vendiendo revistas y periódicos en su local, que ahora diversifico para atender a sus clientes, que algunos se detienen para ver los viejos títulos de algunos ejemplares que van perdiendo el color original por el paso del tiempo.