Con sus rostros maquillados y su característica nariz roja, los payasos Corvatin y Mikinflaus salen a robarse el estrés y ganarse unas monedas con un poco de humor.
Corvatin, es oriundo de Cancún, de donde hizo el viaje acompañado por su compañero de profesión Mikinflaus, al puerto de Acapulco, para probar suerte con su arte y al mismo tiempo ganar dinero.
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Abordados sobre la costera Miguel Alemán, a pocos metros del zócalo de la ciudad, en los momentos en los que esperaban un camión urbano y practicar su rutina, ambos aceptan revelar parte del ser humano que hay detrás del maquillaje.
Corvatin es el más comunicativo, dijo que abrazó la profesión al salir de la secundaria, por lo que decidió dedicase al humorismo blanco y el doble sentido, como payaso.
Refirió que en una de sus giras conoció a Mikinflaus, con quien hizo amistad y decidieron acompañarse para hacer una rutina y ganarse unos pesos, en camiones urbanos, en los semáforos, plazas públicas o fiestas infantiles.
Mikinflaus a su vez, señaló que vive en Veracruz, pero cuando se junta con su compañero Corvatin, viajan a la Ciudad de México y de ahí planean el estado al que van a trabajar.
En esta ocasión se decidieron por Acapulco, para aprovechar el periodo de vacaciones de verano, pero después de 15 días de trabajo ya están listos para regresar con sus familias.
Corvatin aseguró que fue una buena temporada, obtuvieron buenas ganancias para pagar el hotel, cubrir sus alimentos y enviar el excedente a sus respectivos hogares.
"Acapulco es hermoso, pero ya hay que regresar y pensar a que otro lado vamos a robar, no piense mal, vamos a robar el estrés, el mal humor y la tristeza de las personas que nos encontramos en nuestro camino".
"Y, con permiso, pero ahí viene nuestro camión y los nuevos clientes", así que rápido abordan y empieza la función.