Con sus 75 años a cuestas, don Catarino Cruz no se deja vencer y sale a ganarse la vida vendiendo limón en la vía rápida, con su andar lento y apoyado en un bastón, ofrece su mercancía a los automovilistas y transeúntes.
Este personaje del Acapulco real, sufre de dolor en ambas rodillas, lo que lo obliga a usar bastón y para caminar tiene que hacerlo lento, balanceándose a cada paso que da, pero no se rinde.
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Después de ofrecer su mercancía y no hacer venta alguna, camina nuevamente al semáforo que hace entronque con la costera Miguel Alemán y acepta platicar un momento, en lo que llegan más vehículos procedentes de la zona poniente del puerto.
Aquí vendo limón para ganarme unos pesos, pero cuando fuí joven me dediqué a peón de albañil, empecé como macuarro, pero después de chalán me convertí en maestro albañil, precisa.
Al quedarme sin trabajo vendí periódicos y me iba bien, pero empecé a tener problemas de salud en mis piernas, tuve problemas para caminar y desde entonces uso bastón, pero aún puedo moverme.
Don Catarino dice que al no salir más los periódicos, entonces empezó a vender limón en bolsas, pero actualmente está caro, se compra a 80 pesos el litro y hace montones para venderlo en bolsas de plástico a los automovilistas.
El fuerte sol cae a plomo, por eso usa una gorra y así se protege, en lo que ofrece su producto, al tiempo que dice que tuvo diez hijos, por lo que es abuelo de muchos nietos.
Enseguida se despide y se excusa de que tiene que seguir con la venta de limón, por lo que balanceándose camina para tratar de venderles a los potenciales clientes, cuya mayoría ni le prestan atención o simplemente con la cabeza le dicen que no les interesa.