Bajo las inclemencias del sol, Margarito recorre casi todos los días la franja de arena con una pesada carretilla llena de cocos.
Por varias décadas está ha sido la fuente de empleo de este hombre de 68 años de edad, quien ha sacado adelante a su familia con la venta de cocos.
De jueves a domingo son los días que Don Margarito acude a ese destino de playa ya que dice que son los días que más bañistas acuden y es cuando tiene más ventas.
Él vive en la colonia Jardín, en la zona poniente de Acapulco, de donde además de las huertas de Pie de la Cuesta, es de donde acude para surtir su mercancía.
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Comentó que antes, cuando era más joven él trepaba a las palmeras y bajaba el coco y lo comercializaba en hoteles y restaurantes del puerto, no obstante, por el paso de los años ha dejado de tener esa habilidad y condición para hacerlo.
Él se protege de los rayos del sol con un sombrero y con unas bolsas de plástico sus pies, para que la arena y el agua no entren y hagan más difícil su recorrido de ventas por la arena.
Dijo que son de 15 a 20 cocos los que él regularmente vende en un día bueno, y el cual tiene un costo de 20 pesos.
En su carretilla trae consigo un machete que es con el cual parte el coco para ofrecer su refrescarte agua y en algunas veces “la carnita del coco” la cual ofrece con diferentes salsas.
