Si bien existen diversas teorías sobre el futuro de la humanidad (algunas más cercanas a la realidad que otras) la mayoría coincide que por la constante expansión del sol (llegará un punto en el que el calor sea verdaderamente sofocante y el propio sol consuma al planeta) o por la sobreexplotación/agotamiento de los recursos naturales, la humanidad tendrá que buscar un nuevo planeta como hogar y para ello deberá poder adaptarse a sobrevivir en la gravedad cero.
En algun punto, puede que la reprodrucción incluso suceda en el espacio (asumiendo que será en gravedad cero) y es ahí donde los científicos tienen un dilema.
Un grupo de investigadores llevaron muestras de esperma en microgravedad para ver si podían sobrevivir, con la finalidad de evaluar una posibilidad de futuros bebés procreados en el espacio.
Montserrat Boada, quien está a la cabeza del estudio y es un embrióloga de Dexeus Women’s Health y ha explicado que los espermatozoides son muy sensibles a la radiación, incluso menciona que algunos estudios demuestran que astronautas masculinos experimenta menor producción de espermas y motilidad.
Básicamente los científicos recolectaron 10 muestras de espermas y las congelaron para llevarlas en un avión especial que simula la microgravedad en ráfagas cortas; el avión realizó 20 maniobras y en cada una de ellas expuso las muestras a tan sólo ocho segundos de condiciones similares al espacio.
Al comparar las muestras de vuelo con los controles que se mantuvieron en el suelo, no se observaron diferencias significativas en la concentración de espermatozoides ni en la motilidad o la tasa de fragmentación del ADN.
Incluso las muestras de esperma sin congelar mostraron resultados muy parecidos, lo que significa que la microgravedad no representa ninguna amenaza importante en la fertilidad masculina.
Hasta el momento estos han sido los resultados que han arrojado sus investigaciones, pero se espera que continúen con experimentos más largos, similares al proyecto Micro-11 de la NASA.