El avance de la contaminación es cada vez mayor e imparable y aunque existen varias asociaciones que luchan para erradicarla, son más los que contaminan el planeta.
Se ha observado en miles de fotografías y videos, vertederos, playas e islas repletas de plásticos, afectando la calidad de vida de los animales que las habitan.
Si creíamos haber llegado a un límite los científicos nos dicen que no, pues han encontrado en los huevos de algunas aves que viven cerca del Océano Ártico, aditivos químicos que provienen de plásticos como tapones de botellas o colillas de cigarros que una vez más son confundidos con alimento y las aves terminan ingiriéndolos.
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Encontraron rastros de ftalatos, una sustancia utilizada como plastidificados y que años anteriores ha sido prohibida para la creación de los juguetes infantiles por los efectos secundarios que causa.
¿Cómo descubrieron esta sustancia en los huevos?
Se recogieron huevos de fulmares, aves procedentes de una isla en el Estrecho de Lancaster (separada a más de 200 kilómetros de cualquier relación humana); de cinco, uno de ellos contenía ftalatos.
En otro caso se analizó huevos de rissas de patas negras (especie de gaviotas) y encontraron antioxidantes y estabilizadores UV, transferidos maternalmente al huevo.
La cantidad de plástico que consumen las aves al confundirlas con alimento no atraviesa el sistema digestivo por su tamaño, por lo que termina alojándose en el estómago y desplazándose al huevo.
Quizás piensas que uno de cinco huevos, es nada, pero en unos años podría obtenerse un resultado dramático y no solamente en una especie.