China marcó un hito en su carrera espacial al posar con éxito un vehículo explorador sobre la superficie marciana en su primera misión al planeta rojo, algo que solo habían conseguido antes, tras varios intentos, EEUU y la extinta URSS, aunque ésta no logro completar la hazaña.
El explorador Zhurong -nombre de un dios del fuego de la mitología china- amartizó en una llanura de la Utopia Planitia, en el hemisferio norte del planeta, tras lo que consiguió enviar señales a la Tierra, según la Administración Nacional China del Espacio (CNSA).
"La misión de exploración marciana ha sido un éxito total", afirmó el director de la CNSA, Zhang Kejian, desde el Centro de Control Aeroespacial de Pekín después de que el amartizaje se confirmase.
Llevó más de una hora confirmar el éxito, ya que el Zhurong debía desplegar primero sus paneles solares y antenas para enviar señales, que tardan a su vez cerca de 17 minutos en llegar a la Tierra debido a la gran distancia que separa a ambos planetas.
La misión Tianwen-1 (Preguntas al Cielo, en mandarín)-formada por una nave orbitadora, un módulo de amartizaje y un explorador-alcanzó la órbita de Marte el pasado 11 de febrero, después de viajar durante siete meses por el espacio y recorrer 475 millones de kilómetros.
La cápsula con el módulo y el explorador se separó del orbitador a las 04.00 horas locales (20.00 GMT del viernes) y descendió hacia el planeta rojo durante tres horas.
Entonces, entró en la atmósfera de Marte, a una altura de 125 kilómetros sobre su superficie, e inició la fase más arriesgada de la misión.
Son los conocidos por los expertos como los "siete minutos de terror", cuando la velocidad de la nave debe reducirse notablemente para poder amartizar con éxito y todo es controlado de forma autónoma por el orbitador y la cápsula, debido al tiempo que tardan en llegar sus señales a la Tierra.
La velocidad de la nave se redujo entonces de 4,8 kilómetros por segundo a 460 metros por segundo y un gran paracaídas de 200 metros cuadrados se desplegó para continuar amortiguando su caída hasta los 100 metros por segundo.
Poco después, el paracaídas y la cubierta exterior de la cápsula -que la protege de las altas temperaturas producidas por el choque con la atmósfera marciana-, se desprendieron y se activó el retro cohete del módulo para disminuir aún más la velocidad hasta casi cero.
A cerca de 100 metros de la superficie, el artefacto se quedó en suspensión unos instantes para identificar posibles obstáculos y medir el desnivel, tras lo que seleccionó una zona relativamente plana y descendió lentamente, posándose con éxito sobre ella con sus cuatro brazos amortiguadores.