Entre historias de copas y los famosos pescados fritos que llamaban los paladares de acapulqueños y turistas que llegaban la calle La Noria en la colonia centro en Acapulco, vivió sus mejores años en la década de los 80 y 90.
En esta importante calle de Acapulco que comunica a la avenida Cuauhtémoc y a la zona de las caricias, y de los placeres que se tiene aún en las calles Belisario Domínguez, Matamoros, Tadeo Arredondo y Cinco de Mayo, se vivieron grandes historias en las mesas de estos negocios donde el aceite de grandes cazuelas y sartenes que se usaban para freír los pescados, dejaban impregnado el olor a este producto del mar.
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La calle Noria cercana a la zona de las Siete Esquinas y los pescaditos, fueron de una gran tradición en Acapulco, una historia que sin lugar a dudas le dio la vuelta al mundo, esto debido a la gran cantidad de personas entre acapulqueños y turistas que llegaron a este punto del puerto.
Fueron los bares Las Gaviotas, Las Delicias del Mar, bar la Noria, El Moniss, los sitios de reuniones para hombres y mujeres que llegaban a dialogar y a deleitarse con los mariscos, pescados y los llamados morritos, sin importar salir horas después impregnados con el olor al aceite con el que eran fritos los pescados que deleitaban el paladar de los comensales.
La Noria, es una calle de escasos 300 metros de distancia ubicada muy cercana a la costera Miguel Alemán, y en esta distancia no solo se dejaba escuchar el ambiente que se vivía las 24 horas del día en los establecimientos, sino también los estruendos de las rockolas que con una moneda de 10 pesos, funcionaban con una canción.
Es un lugar emblemático que vivió una gran época durante la década de los 80 y los 90 cuando Acapulco era un destino de playa donde se tenía una alta afluencia de turismo nacional, extranjero que también acudían a estos lugares donde se tenía un gran ambiente.
Actualmente la calle La Noria, se encuentra en un olvido total, con una calle deteriorada, negocios cerrados y casas con puertas cerradas a consecuencia de la inseguridad que acabó con la actividad comercial de los bares que fueron parte del auge en la década de los 80 y 90.
Los negocios en La Noria funcionaban también como botaneros donde además de la especialidad eran los moriría de pez vela y el pescado frito, también ofrecían variados de comida que también atraían a la clientela.