Vestido con sus mejor "estreno", la figura del Niño Dios, es llevada por devotos cristianos a la catedral del puerto de Acapulco, a bendecir en este Día de la Candelaria.
Como cada año, decenas de personas acuden a la catedral de nuestra señora La Soledad, con los niños, cada uno con vestimenta colorida y diferentes tipos de tela, para la ocasión.
De tal suerte, que, como si se tratara de una pasarela de alta moda, desfilan con ropa de diferentes textura que es desde blonda, pana, satín o terciopelo.
Los adornos también son variados, que se colocan cuidadosamente a mano y que les combine mejor a cada traje, ya sean listones, encajes o lentejuelas.
La tela que predomina en la vestimenta para el niño Jesús es casi siempre blanca, como símbolo de pureza y luz para la humanidad, además que los detalles son cocidos a mano en virtud que son muy pequeños.
Pero bien vale pena, al final lucen a su niño Dios, este 2 de febrero, Día de la Candelaria, fecha en que se vuelven a reunir los amigos que cortaron la Rosca de Reyes el 6 de enero y se ofrecen tamales y atole.
Para comprender mejor esta fecha, es el día en que se acostumbraba levantar al Niño Dios. A la par, se guardan las figuras del Nacimiento para el fin de año. Esto debido a que es una costumbre mantener el pesebre hasta este día, después del festejo de la Nochebuena.
El Niño Dios es sacado por la madrina que lo acostó el 24 de diciembre. Después es vestido con rica ropa de tela brillante, tradición que aún sobrevive hoy en día y que se remonta a la era del cristianismo en el siglo XVI.