Vivir en la oscuridad que provoca la ceguera no es tan grave como la indolencia de la sociedad que trata de invisibilizar a personas invidentes y de las autoridades que no se preocupan por incluir infraestructura que les apoye para desplazarse en una ciudad impía.
Don Herminio de Jesús Clemente tuvo que librar varios obstáculos tan solo en atravesar el zócalo de Chilpancingo, primero en al menos en tres ocasiones chocó con personas que se encontraban detenidas en los pasillos de la plaza Primer Congreso de Anáhuac, y aunque parezca increíble no se movieron para permitirle el paso, él tuvo que sortear el obstáculo pasando por un lado.
Es difícil las primeras veces que lo tiene que caminar, pero ahorita ya se cómo está el zócalo y ya puedo caminar rápido.
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Al llegar frente a la Catedral de la Asunción de María se encontró con vallas metálicas que se colocaron para resguardar el templo que será sede de un evento del gobierno municipal, ahí aunque había guardias de seguridad nadie se acercó al invidente aunque sea para informarle que no hay paso y que tendría que dar vuelta, tocando los tubos rodeó el obstáculo y finalmente pudo pasar del otro lado, donde encontró un nuevo obstáculo los estantes de la Feria del Libro que se encuentra colocada en todo el frente del museo regional de Guerrero ahí tampoco hubo nadie que le ofreciera una mano para pasar, todas las personas parecieron querer ignorar al invidente.
"Esto es lo que pasa en el zócalo, nos movemos porque ya sabemos donde está todo, pero su me meto en una calle que no conozco, en un callejón, voy para un lugar que n he recorrido las cosas se complican, y a veces tenemos que pedir ayuda a quien nos encontremos".
Otro sitio en el que normalmente se presentan complicaciones es en las paradas de transporte público, ahí no hay indicadores de la ruta que se van a tomar y entonces se tiene que pedir ayuda a personas para poder saber la unidad que deben abordar y aunque parezca increíble a veces las personas no quieren ni ayudarlos con eso.
"Es difícil pero hoy encontramos una urvan que nos hizo el favor de bajarnos justo detrás del ayuntamiento y cuando se paró le pidió permiso a una agente de transito que se molestó y le reclamó que a ver que discapacitados iban a bajar, cuando los vio se apenó y hasta nos ayudó a cruzar la avenida, eso es algo que pocas veces gozamos porque nos arriesgamos a cruzar la calle cuando creemos que no pasan autos".
Agustín de Jesús Clemente resaltó que ha tenido la oportunidad de estar en otros estados como Baja California y la Ciudad de México y el trato para los discapacitados es muy diferente, las personas no los invisibilizan, les ayudan, además de que en la infraestructura de la ciudad hay canaletas para poder desplazarse y en las esquinas de las calles se ponen los nombres en braille para que puedan saber dónde se encuentran.
"Se imaginan lo bonito que sería que en Chilpancingo hubiera señalización para ciegos, que pudiéramos caminar junto a una canaleta para estar más seguros, que las autoridades nos voltearan a ver y que la población realmente nos considerara parte existente de la sociedad, eso sería vivir en inclusión".