Dedicado desde hace 50 años a la pesca y a la venta de este producto del mar, don Elpidio Rendón, confiesa que ya no es como antes, los bancos de jurel, barrilete y la mojarra, ya no hay y sobreviven de lo que logran capturar de la bahía.
Curtido de la piel por estar expuesto varias horas al dia al sol y con manos callosas, por jalar la cuerda y por remar, recuerda que se volvió hombre de mar a los 15 años de edad.
Actualmente son ya 50 años dedicados a la pesca y a pesar que ya es un hombre de la tercera edad, refiere que está dedicado de tiempo completo a su profesión.
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Ubicado en un pequeño puesto que tiene sobre la Playa Hamacas, dice que vende el poco pescado que logran capturar con la red o con la cuerda.
Los tiempos de la buena pesca se acabaron, pero además se queja del poco apoyo de las autoridades, "vienen y nos prometen que ahora sí nos van ayudar, pero nunca regresan".
Don Elpidio recuerda que les prometieron construir un refrigerador para guardar el producto que sacan del mar y es tiempo que siguen esperando que les cumplan, "nos chamaquearon".
Mientras acomoda el poco pescado que le queda para vender, se quejó que trabajan con pérdidas, porque el pescado lo tiene que vender barato, por no tener congelador y así su poca ganancia se esfuma.
"Cuñao, no tienes cambio de uno de 50..., no primo, no me alcanza, apenas he vendido un par", contesta don Elpidio a otro de sus compañeros, que como él subsisten de la poca venta del pescado.