Hace más de 8 años Luis Geovany Rodríguez Deaquino de 15 años de edad se lo llevó un grupo de hombres armados para reclutarlo narró su madre la señora Esther de Aquino Velázquez.
Fue la tarde del 14 de junio del 2016 cuando salió de su domicilio ubicado en la ciudad de Chilpancingo en la colonia del PRD “a echar la reta”, con más niños.
“Mi hijo estaba en la casa, era la 1 de la tarde y me dijo: mamá voy a echar la reta, él iba con mi nieto y otros dos muchachitos, ya como a la media hora regresa mi nieto llorando y diciéndome: abue unos hombres se llevaron a Luis, nos anduvieron siguiendo y a él lo agarraron, él no alcanzó a correr, le gritamos que corriera pero ya no pudo, iban armados y desde que estábamos sentados ya nos andaban viendo y nos anduvieron siguiendo, nos atajaron el paso con el carro”, recordó aquel doloroso episodio Doña Esther.
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En cuanto recibió esa trágica noticia, fue inmediatamente a denunciar ante las autoridades del ministerio público dicha privación de la libertad de Luis Geovany, pero al igual que muchos casos más, no creyeron que al joven estudiante de segundo de secundaria se lo llevaran, sino que él “andaba de pinta” y por ello, no recibieron la denuncia.
“Mi otro hijo le llamó y con él fue con el que se comunicó, le comento que lo habían llevado a la Plan de Ayala, a ver unas cosas, pero que ya lo llevaban a la casa, pero mi hijo Geovany ya estaba llorando y claro él nunca regresó”, narró la señora Esther llorando.
Tras las llamadas que entraban al teléfono del adolescente y por falta de conocimiento de las leyes la madre de este aceptó la negativa de las autoridades al no iniciar una carpeta de investigación y por ello, ha sido ella quien ha buscado por sus medios a su hijo con el único que vivía y quien cuidaba de ella.
“Estuve un año buscándolo entre los cerros, en los pueblitos, buscando entre barrancas, en la basura dije a lo mejor me lo tiraron, al año me uní al colectivo de la licenciada Lupita, de ahí solita lo anduve buscando y si tuve varios positivos que mi hijo fue reclutado por el crimen organizado”.
En el 2020, cuatro años después de su desaparición miró a su hijo en las noticias nacionales dónde repartía despensas con un grupo delictivo fuera de Guerrero.
“Mi pregunta es cómo llegó hasta allá mi hijo, él no llegó solo. Al verlo sentí mucha esperanza, ilusión de que a lo mejor lo voy a volver a encontrar para abrázalo, es mi mayor anhelo, le pido a Dios me los cuide donde quiera que esté, como quiera que esté que me lo mande. Si él algún día me oye que le eche muchas ganas que siempre lo voy a buscar y a esperar”.
Luis Geovany se la pasaba en su casa, y le gustaba atender a su madre cuando ella llegaba del trabajo, le servía de comer y cuando él trabajaba en una purificadora de agua la mitad de su pago se lo daba a su progenitora y con el resto se compraba ropa o calzado.
“Recuerdo muchas cosas de mi hijo, de 6 hijos que tengo el es el más pequeño, mis hijos los otros son casados yo vivía prácticamente con él, era muy allegado a mi, tenía muchas ilusiones, no quería quedarse estancado, me decía me decía mamá te voy a sacar de trabajar, voy a echarle muchas ganas a estudiar. Mi hijo nunca se fue por gusto, a él se lo llevaron a la fuerza él estaba chiquito no tenía a dónde ir”.