El fuerte calor cala, pero don Élfego no le preocupa sufrir del golpe de calor, sino vender sus aguas frescas a los sedientos turistas y residentes que caminan por la costera Miguel Alemán.
Con una experiencia de 42 años preparando sus aguas frescas, de naranja y coco, diariamente hace el viaje de la colonia Jardín a la costera, con la materia prima.
Mi padre me enseñó el oficio de taquero, él los preparaba al estilo Uruapan, que son cárnitas de puerco frita, pero cuando se retiro yo me dedique a preparar las aguas frescas, dice el entrevistado.
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Sin dejar de mover el hielo y checar que el agua este "como mano de muerto", refiere que la calor le ayuda a terminar temprano, pues consumen mucho el agua de coco y la que se vende menos es la de naranja.
Recuerda que 22 años estuvo vendiendo en el mercado central y 20 lleva sobre la costera Miguel Alemán, "gracias a Dios, me ha ido bien y de aquí he sostenido a la familia. Tengo 11 nietos", dice orgulloso don Elfego.
También presumió que es un americanista de corazón, que sabe que el deporte se gana y se pierde, por eso cuando el equipo de sus amores lo golean, se resigna y nunca le atraviesa por su mente cambiar de equipo, "soy americanista fiel".
A pesar de la amenaza de lluvia, señala que va a quedarse hasta que caiga la tarde, porque mientras haya clientes hay ventas.
Don Elfego está listo para vender sus aguas, tal y como lo ha hecho a lo largo de 42 años y amenaza que lo verán hasta que el cuerpo aguante.