Alegrías y palanquetas vende bajo el puente de la vía rápida

Anel de 23 años se gana la vida con su familia vendiendo alegrías, palanquetas de ajonjolí, cacahuate y semilla de girasol en la avenida Cuauhtémoc abajo de la Vía Rápida

Heidi Nieves / El Sol de Acapulco

  · sábado 16 de noviembre de 2024

Anel y su madre han emprendido en su propio negocio. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco

Ante la falta de empleo para Anel de 23 años, ella y su madre han emprendido un negocio de venta de alegrías, palanquetas ajonjolí, cacahuate y semilla de girasol, pulpa de tamarindo con nanche platanitos dorados y mango patacón con salsa.

De lunes a sábado colocan un puesto semifijo en la avenida Cuauhtémoc abajo de la Vía Rápida en contra esquina de una institución bancaria en donde ofrecen sus productos desde las 6:00 de la mañana a seis de la tarde.

“Mi mamá hace todas las palanquetas, las alegrías y el platanito frito, no tenemos mucho tiempo vendiendo y gracias a Dios nos va bien, sale para ir comiendo y otras cositas”.

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Anel no ha logrado conseguir un empleo ya que a donde ha ido a dejar solicitud de empleo le han pedido experiencia y ella no la ha conseguido pues no le han dado la oportunidad de demostrar que tiene interés de trabajar.

Miguel Contreras es originario de la Ciudad de México y por más de 25 años se ha dedicado a cantar melodías rancheras. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco

Ellas se colocan a temprana hora en un punto donde diariamente caminan cientos de ciudadanos para ir a su trabajo o centros escalares.

“A la gente le gusta mucho los platanitos fritos, las palanquetas y a los jóvenes el mango con chile y por eso nos ponemos temprano porque luego no llevan nada en el estómago y ya con esto ya es algo porque además es algo sano”, narró la joven comerciante.

Ella, ha trabajado desde los 10 años pues su madre casi toda su vida se ha dedicado a la venta informal en diferentes puntos de la ciudad.

El mango no solo lo vende preparado sino también por “montón o pieza”, según sea el gusto de cada quien. La joven comerciante confía que algún día estará trabajando de manera formal en un empleo donde le puedan dar seguridad social y prestaciones.

También venden frutas. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco