"El Bungee", abierto al público en 1999, tiene sus días contados y pronto la estructura de acero será desmantelada, poniendo fin a una época en la que fue punto de encuentro de los que practican y gustan del deporte extremo.
Su instalación fue con el propósito de innovar al puerto de Acapulco y dar alternativas de diversión a los turistas que prefieren las emociones fuertes, como lanzarse de ésta torre de acero de 50 metros de altura.
Esta estructura se encuentra dentro del área del restaurante "Paradise", sobre la costera Miguel Alemán, en el fraccionamiento Condesa, cuyo costo fue millonario y se ignora si se logró recuperar la inversión.
La propiedad se le atribuye al ex titular de la Secretaría de Turismo de Guerrero, Ernesto Rodríguez Escalona, hermano de Víctor Rodríguez, empresario restaurantero que fundó el restaurante "Paradise" y quien es ahora el que lo administra.
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Fue precisamente, este último, quien confirmó que el "Bungee", será desmantelado al no contar con capital para darle mantenimiento y reabrirlo al público, como se tenía proyectado.
En diciembre de 2021, a través de las redes sociales y con una gran manta que se colgó en la torre, se anunció su reapertura, aunque sin fijarse una fecha concreta.
La noticia generó sentimientos encontrados, por un lado se festejo el esfuerzo de la empresa por apostarle al puerto de Acapulco, pero por el otro se alertó sobre el riesgo de un accidente.
¿La razón? Bueno, hubo señalamientos sobre el marcado deterioro de la estructura de acero, en virtud de que desde el 2015, dejó de funcionar.
Durante todo este tiempo no se le dio mantenimiento adecuado y el acero quedó expuesto a la salinidad y la erosión, la alberca también sufrió abandonó y se acentuó durante la cuarentena que se tuvo que aplicar por la pandemia del Covid-19.
Por tanto, hubo peticiones al personal de Protección Civil para que revisaran el Bungee, al cual tampoco le funcionaba el elevador y se subía por las escaleras para prepararse y hacer el salto.
Hay que recordar que esto consistía en subir a la plataforma, en donde el personal responsable de la seguridad de los osados, verificaban que los seguros estuvieran puestos y que el arnés estuviera bien sujeto a la cuerda.
Cuando todos los accesorios estaban en su lugar, animaban o calmaban al que iba a saltar desde los 50 metros de altura, pero una vez que caía sobre la alberca, otros ayudaban a llevarlo a la orilla.
Al irse perdiendo interés de arriesgar el físico desde la torre del Bungee, se cerró y se ocupó para espacios publicitarios, incluso, había dos pantallas, en la actualidad ya fueron retiradas, ahora se cuelgan grandes lonas para promocionar eventos artísticos o de propaganda política.
De esta forma se cierra un ciclo y dependerá del empresario Víctor Rodríguez Escalona, quien tome la decisión sobre la fecha en que será retirada la estructura de acero, la cual cada vez más presenta partes que siguen sucumbiendo a la erosión y al tiempo.