A barretazo limpio, surgió la calle Quebrada en 1918 

La construcción del canal de aireación dio origen al acceso a los acantilados que dan nombre internacional a ese punto turístico de Acapulco

Celso Castro | El Sol de Acapulco

  · domingo 5 de febrero de 2023

Quedan pocas construcciones de la época. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

El hombre siempre ha sido autor de proezas imposibles, con obras increíbles, como fue la construcción del canal de aireación que permite la entrada de ventiscas que menguan el calor de la mañana en el puerto de Acapulco, que dio origen a los acantilados de la Quebrada y a una arteria que da acceso a ese sitio turístico y que se le puso por nombre calle La Quebrada.

Es pertinente regresar en el tiempo, al siglo XVIII, cuando el puerto era el centro comercial con el galeón de Manila, que llegaban con una rica variedad de mercancía, pero la tripulación de varios cargueros al pisar tierra firme, sufrían de insolación y malestar en la función cardiovascular, así como un desgaste de la capacidad pulmonar.

Esto a consecuencia de respirar un aire ardiente, viciado por emanaciones pútridas que los enfermaban y mataban de cólera morbus. Aquello también afectaba a muchos de los mexicanos que llegaban de lo alto de la meseta para ir recoger los productos que traía consigo el galeón de Manila.

Es así como el doctor alicantino Francisco Javier Balmis, al detectar el origen de las enfermedades, propuso algo que parecía ridículo e irrealizable: contratar a una decena de hombres que tirasen a barretazo limpio un buen tramo de montaña rocosa para crear así un canal de aireación por el área de los acantilados, que se prestaba por su forma estrecha y rocosa.

Lee también: Acapulco fue bombardeado un 5 de mayo

Cabe aclarar, que según cronistas de la ciudad, este galeno se encontraba de paso por este destino turístico y ya estaba acostumbrado a las proezas que parecían imposibles. Por aquella fecha hacía un recorrido por el mundo, como parte de una expedición mundial para vacunar a la población contra la viruela.

Es así como en 1799 se dan los primeros barretazos para crear el canal de aireación y a punta de dinamita quebraron enormes rocas, hasta que una porción de la montaña se redujo y se dejó sentir de inmediato la entrada de rafagas de aire provenientes del mar abierto, A esta abertura se le llamó desde entonces el Abra de San Nicolás, aunque el nombre cayó en desuso y con el tiempo desapareció.

El paso se inauguró el primero de enero de 1800 y por razones de falta de dinero quedó inconcluso y fue hasta en 1886, cuando el coronel José María Lopetegui, entonces comandante militar de Acapulco, retomó los trabajos para el arreglo de esta angostura de ventilación, pues el calor seguía siendo insoportable para la población del puerto.

Nuevamente se utilizó la fuerza humana, barretas y dinamita, logrando abrir una brecha de más o menos 300 metros de longitud que permitió, ahora sí, el paso de aire de mar hasta el viejo Acapulco, quedándole el nombre de La Quebrada, que para aquel entonces todavía era impensable ofrecer uno de los espectáculos más asombrosos del mundo: los clavados de gran altura.

Hasta que como parte del nuevo diseño de la ciudad, se abrieron calles y se crea inicialmente un camino de terracería, que bajaba hasta el Malecón, entre casas construidas de adobe y teja, que es bautizada como calle Quebrada, en 1918, es cuando también la mancha urbana llega a ese punto.

La zona guarda gran parte de la historia de Acapulco. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

La imagen de la zona poniente y el mar abierto, es parte fundamental de que se construya el hotel el Mirador, pero también se acondiciona la zona y se da forma a los accidentados acantilados y se construye La Quebrada, a la vez se trazo la arteria que la comunica con el primer cuadro de la ciudad, por ello cobra relevancia y se conecta la avenida Adolfo López Mateos, cuando se construye la avenida y hacer el circuito de Sinfonía del Mar.

A partir de ese momento la calle, inicialmente es empedrada, después se pavimenta y sufre varios trabajos de reencarpetamiento, se construyen las primeras viviendas de concreto y edificios, entre estos el fe la CANACO, la de Recaudación de Finanzas.

Aunque no existe placa conmemorativa para recordar a habitantes y visitantes de Acapulco aquella hazaña que ventiló, quitó el calor y evitó muertes por cólera, escorbuto y no se sabe cuántos males más, pero que gracias a esta obra se trazo la calle Quebrada.

Actualmente es de un solo sentido, pues va de la Quebrada al viejo palacio municipal. En la administración del alcalde, Evodio Velázquez Aguirre, se hizo la última remodelación con material vanguardista, aunque actualmente está deteriorado y en el corto plazo, no existe ningún proyecto de que se le hagan mejoras.

Lo mismo ocurre con el resto de calles y avenidas de este balneario del Pacifico, que lucen en el olvido, algunas con enormes baches, pero es parte de la nueva realidad que se vive en un destino turístico, que lucha por seguir a toda costa en el mercado.