La gran celebración de los aficionados de las Águilas de Filadelfia por su triunfo en el Super Bowl LII llegó a las calles del centro de la ciudad, que fue tomada por cientos de miles de personas que vitorearon a sus nuevos ídolos deportivos.
El gran sueño de los aficionados se vio cumplido cuando el domingo su equipo puso fin a una espera de 58 años de sequía y ganaron su primer Super Bowl. La celebración después de tanta espera mereció la pena para que desde altas horas de la madrugada algunos acamparan en automóviles y edificios de oficinas e incluso en tiendas de campaña para asegurarse que podrían ser testigos de la celebración de los nuevos campeones del Super Bowl.
Tampoco las bajas temperaturas y los vientos gélidos fueron impedimento para que los aficionados se aseguraran un puesto en el recorrido de más de 7.5 kilómetros que hicieron todos los componentes del equipo de Filadelfia con su dueño Jeffrey Lurie a la cabeza, que comenzó cerca del estadio, el Lincoln Financial Field, y concluyó en las escaleras del Museo de Arte. Las mismas que corrió el actor Sylvester Stallone, que representó el papel del boxeador Rocky Balboa, en la histórica saga de películas de l boxeador ‘Rocky’.
Junto a Lurie, en el mismo autobús que encabezó el desfile, también se encontraban los mariscales de campo Nick Foles, Carson Wentz y Nate Sudfeld. Lurie sujetaba un letrero en el que se podía leer “Thank You Fans” (Gracias Aficionados), mientras que Foles, ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) frotaba el trofeo Vince Lombardi de campeones del Super Bowl LII.
Los aficionados presentes en el desfile también pudieron disfrutar de un momento especial cuando el entrenador en jefe de las Águilas, Doug Pederson, que hizo su debut en el Super Bowl y superó al legendario Bill Belichick, decidió bajarse del autobús para generar otra sorpresa.
Esta vez no fue en el campo con sus movimientos tácticos sino que sujetó el trofeo Vince Lombardi y se fue con él hacia los aficionados para que pudieran tocarlo y tenerlo cerca, lo que generó un auténtico delirio. Algunos jugadores lanzaron camisetas a los aficionados a lo largo del desfile, mientras que otros como el centro titular Jason Kelce, quien iba disfrazado, siguió el ejemplo de Pederson y caminó durante el trayecto para saludar de mano a algunos aficionados.
Los organizadores confirmaron que esperaban a más de dos millones de personas, las que salieron a las calles de Filadelfia para participar en la celebración del desfile. El cierre de escuelas, museos, tribunales, oficinas de gobierno e incluso el zoológico fueron cerrados para que la ciudad celebrara el gran triunfo sorpresa que consiguió el equipo.