Vestir al Niño Dios, tradición familiar y una muestra de fe

Para la familia de Isabel Cervantes, vestir al Niño Dios es una tradición desde hace más de 50 años y que sólo el huracán Otis pudo interrumpir

Pedro Andalón / El Sol de Acapulco

  · domingo 24 de noviembre de 2024

Las familias de Acapulco continúan con la tradición de vestir a sus niños Dios, sobre todo llevarlos a la misa del 25 de diciembre para mandar un mensaje de paz a los hogares y familia / Foto: Pedro Andalón / El Sol de Acapulco

Ya se acerca diciembre y los fieles católicos celebran el día 25 de diciembre el Nacimiento del Niño Dios, una de las grandes festividades de la Iglesia Católica, la cual es una gran tradición para las familias acapulqueñas, para mandar un mensaje de unidad y paz.

Para la señora Isabel Cervantes esta tradición ha perdurado desde hace más de 50 años en su familia, ya que simboliza la paz y unión con sus seres queridos, que cada año lo viste en la ocasión, para este 2024 lo vestirá con un atuendo particular.

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“Desde muy joven me llamó la atención vestir a mi niños Dios, pues en la actualidad lo continuo haciendo, para mandar un mensaje a Dios, sobre todo que esta tradición continúe a las próximas generaciones”, confesó en entrevista con El Sol de Acapulco.

Adelantó que este diciembre lo vestirá de un atuendo color dorado, el cual explicó que representará la prosperidad en su hogar, familia y demás seres queridos, ya que el año pasado, no pudo vestir su niño Dios por la situación de Otis.

“Ahora vestirlo este 2024, simboliza una importancia para nuestra sociedad y agradecer que estamos bien, sobre lo que sucede en Acapulco, debemos de pedir a Dios para que la paz esté en nuestros hogares”, afirmó.

Los fieles católicos celebran el día 25 de diciembre el Nacimiento del Niño Dios, una de las grandes festividades de la Iglesia Católica / Foto: Pedro Andalón / El Sol de Acapulco

La reliquia estará en la entidad guerrerense durante el mes de diciembre en las regiones de Acapulco, Costa Chica y Costa Grande. /Foto: Heidi Nieves / El Sol de Acapulco

De acuerdo con la investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Leonor Labastida Vargas, las imágenes de los niños Dios representa dormido, reclinado o no, sobre la cruz y la calavera, como premonición de su martirio, proliferaron en los ámbitos religioso y civil, y fue frecuente encontrarlos en conventos, iglesias y oratorios privados, como parte de las devociones populares y de los cultos íntimos.

“Un aspecto singular de esta pieza son las referencias y guiños que hace a la escuela poblana de escultura y, en específico, a uno de los talleres más fecundos de la ciudad: el de los Cora. La forma avellanada de los ojos, el incipiente cabello que cae en pequeños mechones hacia el frente y el gracioso gesto derivado del contrapposto, nos acercan a las tallas de los infantes de estos escultores”, indicó.

En la actualidad, las familias de Acapulco continúan con la tradición de vestir a sus niños Dios, sobre todo llevarlos a la misa del 25 de diciembre para mandar un mensaje de paz a los hogares y familia.