Entre las cosas importantes que la colonización española trajo a México y especialmente a Guerrero, se encuentra la utilización y fabricación de velas, mismas que se adoptaron en las comunidades y hasta el día de hoy mantienen una gran importancia ceremonial, ritual, festiva y se encuentra en casi todos los aspectos culturales y sociales de los pueblos, aseguró la doctora, Rosalba Díaz Vásquez, quien presentó el resultado de una investigación realizada sobre el tema.
La investigadora universitaria establece que además de ser un artículo ceremonial, las velas representan el sustento económico de familias que ancestralmente se han dedicado a la fabricación de las velas y que, en la comunidad de Acatlán, municipio de Chilapa se encuentran organizados para poder socializar la cadena de producción, obtener mejores precios en la adquisición de materiales y a esta forma competir con las fábricas de velas que existen en otras regiones del país.
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“Las velas se siguen elaborando de forma artesanal, aunque las condiciones actuales ya no permiten obtener las materias primas de igual forma, pues la parafina que utilizan es de origen chino”.
Durante la presentación del libro "Una Luz en la Montaña", la investigadora se hizo acompañar del velero, José Luis Matías uno de los principales productores de velas en Acatlán, quien relató que sus abuelos produjeron velas con cebo de animales y cera de abeja, sin embargo, hoy en día eso sería imposible de lograr porque los animales que existe en Guerrero no alcanzarían para el nivel de producción que se tiene.
Y en el caso de la cera de abeja, desde la década de los 80 su producción se mermó significativamente por la “africanización” de las abejas, recordó que antes de los 80, las familias tenían sus colmenas en los traspatios, sin embargo, la llegada de las abejas africanas y su mezcla con las especies que se criaban en México generaron que se incrementara la agresividad de los insectos y se disminuyera la producción de cera.
“Entonces en este momento en la fabricación de velas tenemos que utilizar parafina que importamos desde China, porque hemos contado en 20 países diferentes y la China es la que viene de mayor calidad y menor precio, sólo así podemos competir”.
Resaltó que en México aunque se tiene mucho petróleo, no se tiene la misma calidad de parafina, “aquí tenemos una parafina que se conoce como gota de agua, porque es bonita, muy transparente, pero es aguada y no nos sirve, además que si cuesta 10 pesos, la de origen chino la compramos en siete y justo como la necesitamos".
José Luis Matías indicó que es la tercera generación de productores de velas en Acatlán, “Aún recuerdo a mi padre caminando hasta los pueblos en la parte más alta de la montaña para llevar el producto, porque para que sea sustentable la producción hay que ir hasta los pueblos a venderla”.
La investigadora estableció que las velas tienen tanta importancia en la vida de los pueblos que en municipios como Copanatoyac, cuando un bebé nace lo primero que se hace el presentarlo ante el agua y una vela, y cuándo una persona muere también se le acompaña de una vela para que sea la luz en el camino a la eternidad.
Entre las conclusiones de la investigación se establece que los veleros de Acatlán, más que como una forma de obtener riquezas con la producción, lo que buscan es atender la necesidad social de este producto que tiene suma importancia en rituales agrícolas.
La producción de velas en Acatlán de acuerdo con la información recabada llegaría a más de 600 toneladas por año, mismas que se venden y queman mayoritariamente en las comunidades indígenas de la región de la montaña, pero que se diseminan en todo el territorio de Guerrero.