El que fuera el Hotel de Cortés, en Hidalgo esquina con Avenida Reforma. en la colonia Guerrero de la Ciudad de México, ha sido reconvertido en Museo gracias a la remodelación emprendida por la Fundación Kaluz.
De acuerdo con el Sistema de Información Cultural, será el museo número 157 de la Ciudad de México.
La vista desde la terraza del edificio, que sigue en remodelación, permite ver una panorámica de la Alameda, de los transeúntes que esperan el metrobús, un ángulo distinto de la Torre Latinoamericana, la Iglesia de San Hipólito y, a pesar de estar rodeada de avenidas concurridas, se siente una tranquilidad especial.
Aún faltan también el restaurante y otros espacios planeados. Los arquitectos consideraron necesaria la alteración del inmueble para crear galerones, por lo que tumbaron las paredes de los cuartos del antiguo hotel.
La fuente que estaba en el patio central tampoco está, ahora el espacio será dedicado a instalaciones y otras actividades sobre la exposición principal.
Uno de sus principales objetivos es generar un impacto social en el área y sus alrededores, pero ¿qué ofrece este nuevo espacio? Begoña Irazábal, coordinadora de Relaciones Públicas y Comunicación, afirma que el propósito es “presentar, preservar y difundir la colección Kaluz. La gente va a poder ver, en principio, el edificio, que es maravilloso del siglo XVIII, ha tenido una restructuración espectacular… que es un espacio divertido, que es un espacio para jugar”.
Aunque fue inaugurado el 7 septiembre del presente año, el museo aún no puede abrir sus puertas al público de forma regular, ya que sigue en espera de algunos permisos de protección civil que garanticen la seguridad de los visitantes.
Eso no le impide tener una exposición a puertas cerradas, ya que no querían dejar pasar la fecha para exhibir 80 años. Artistas del exilio español, ya que, hasta el momento, la fecha tentativa para la apertura oficial será en febrero de 2020 y para entonces se perdería la conmemoración del octogésimo aniversario de la llegada del barco Sinaia a México.
El precio de entrada se planea que sea de 200 pesos por persona, un poco elevado comparado con otros recintos, pero aseguran que el recorrido tendrá un extra.
Begoña Irasabal aclara que la experiencia será un tanto VIP, que sea una tarde completa, una salida que puede incluir una copa de vino en la terraza con vistas a la Alameda, experiencias anexas a una simple visita regular a un museo. y, en general, un trato especial para pasar una tarde amena.
Los recursos que se recauden en la taquilla se reinvertirán en actividades gratuitas para todo público. Para programar una visita se debe hacer cita en: info@museokaluz.org, y hacer un donativo que puede ser deducible de impuestos. Esta dinámica se mantendrá hasta que abran formalmente.
Una muestra del exilio
El Sol de México tuvo acceso a un recorrido exclusivo por el nuevo Museo Kaluz que promete dar una experiencia inolvidable, además de por la exposición 80 años. Artistas del exilio español-
El Sinaia estuvo en activo desde 1924 y fue el 13 de junio de 1939 que llegó a puerto en México con mil 600 personas a bordo.
“Debido a la Guerra Civil Española (1936-1939), una parte de la población se vio obligada a dejar su patria atrás y migrar hacia los países que les dieron cobijo. Entre ellos destacó México, que tuvo políticas de puertas abiertas desde 1937 gracias al entonces presidente Lázaro Cárdenas y una generación de hábiles diplomáticos”, cuenta Yesica de la Garza, coordinadora de vinculación y programación de programas públicos del Museo.
El trayecto lo documentaron como si se tratase de un álbum familiar y lo convirtieron en un diario que lograron imprimir con un mimeógrafo y del que se conservan algunos ejemplares.
“Miguel Prieto, que es uno de los artistas que venía en el barco y que ilustra muchos diarios, así como el Sinaia, habla de la Taruma, que es este teatro satírico de la guerra, nosotros hacemos la relación y lo reinterpretamos para una historia que se hizo específicamente para este espacio entre los niños de Morelia y la plática de un señor mayor”, explica De la Garza.
El recinto cuenta con un espacio lúdico para que las familias que vean la exposición hagan una conexión entre la influencia española en nuestro país y lo que el exilio transformó a los pintores.
“Hacemos este diálogo y les ayudamos un poco a entender lo que vinieron a hacer algunos de estos artistas y sus trayectos. Esa es la intención, que reinterpretes cómo tú viajarías en el Sinaia”.
De igual manera se hace una presentación con títeres: “lo hacemos con sombras y olas, para sensibilizar y mostrar de una forma muy cándida lo fuerte que puede ser la migración y el exilio”.
La catarsis que vivieron los artistas se ve en las 300 piezas que están expuestas. Hay una transformación de ánimo, estilo, paisajes y paleta de color, como el caso de Antonio Rodríguez Luna, “que, de ser una persona figurativa, al final de la exposición, se van a quedar con el ojo cuadrado” ya que se vuelve abstracto.
La piezas que forman la serie Éxodo (1948), Éxodo I (1948), II (1959) y II con una narrativa del desplazamiento, caminatas frías, llegan a comunicarse con Naturaleza muerta que ya realizaría en México en 1979, la unen a la transformación del espacio, clima y contexto.
Originalmente, la idea para esta primera exhibición es que fueran sólo piezas del acervo de la colección privada de Antonio Del Valle, que contiene más de mil 500 obras, pero en el caso de 80 años. Artistas del exilio español, se unieron de otras colecciones para cerrar la crónica de transmutación y las influencias adquiridas en nuestro país de varios artistas.
El recinto
- Fue la casa de los Condes de Villanueva en el siglo XVII, de la cual aún permanece parte de los cimientos.
- Los agustinos la convirtieron en hospedería en el siglo XVII.
- Se terminó en 1780 pues hay una leyenda en la fachada, concretamente en el vano de ingreso.
- Hubo modificaciones importantes en el siglo XIX.
- Fue hasta el siglo XX, en 1943 cuando se convirtió en hotel.
- La Fundación Kaluz adquirió la propiedad en 2013.
- La remodelación comenzó en 2016 y estará lista en 2020.
Fundación Kaluz
La organización sin fines de lucro pertenece a Grupo Empresarial Kaluz, que está compuesto por empresas como la petroquímica Orbia, antes Mexichem, el banco Ve por Más o la cementera Elementia, todas ellas bajo el mando de Antonio del Valle Perochena, quien actualmente es presidente del Consejo Mexicano de Negocios (CMN).
Esta organización tiene presencia en los nueve países donde se encuentra el grupo y orienta los donativos que aportan las empresas del conglomerado hacia obras de beneficio común.
El objetivo, asegura la fundación, es cubrir requerimientos básicos de subsistencia en materia de alimentación, vestido o vivienda, así como a actividades de fomento y apoyo al desarrollo humano con el objetivo de mejorar la calidad de vida.
Dirigida por Jaime Martínez del Campo Rivero, la Fundación asegura que sus proyectos son sustentables, pues busca que además de las aportaciones que hacen las empresas, la comunidad se involucre en los proyectos.
“Asumimos nuestra corresponsabilidad en los entornos donde impactamos con nuestro actuar, generando riqueza y un desarrollo sostenible”, detalla la organización.
|| Con información de Mario Alavez ||
En este video podrás experimentar el recorrido en el Museo Kaluz ⬇