Muere Francisco Toledo a los 79 años de edad

Francisco Benjamín López Toledo murió a causa del cáncer de pulmón que padecía, de acuerdo a la información de sus familiares.

El Sol de Acapulco

  · jueves 5 de septiembre de 2019

Foto: Francisco Toledo Oficial | Facebook

El medio artístico de México está de luto.

Francisco Toledo fue conocido a nivel mundial por su estilo y arte único, plasmado en cada obra de arte, exitosas en cualquier parte del mundo. Utilizaba técnicas antiguas de Juchitán, Oaxaca, para elaborar grabados, esculturas, pinturas y hasta cerámica. El artista siempre intentaba retratar la belleza que encontraba en la naturaleza, desde murciélagos hasta insectos.

El día de hoy a los 79 años de edad, el artista plástico Francisco Benjamín López Toledo murió a causa del cáncer de pulmón que padecía, de acuerdo a la información de sus familiares.

A través de su cuenta de Twitter, el presidente Andrés Manuel López Obrador le dedicó un tuit, reconociendo el enorme talento y trayectoria del artista oaxaqueño, quien también mostraba un enorme interés en las causas sociales.

Por su parte, la titular de la Secretaría de Cultura Alejandra Frausto recordó al artista como único en el país, quien a cada paso "germinaba".

El artista había sido trasladado en avioneta desde la Ciudad de México, uno de los lugares más entrañables para Toledo y donde radicó por muchos años, para llegar a su destino final, su casa en Oaxaca.

Considerado como uno de los mejores artistas en la historia nacional, Francisco Toledo tiene un amplio palmarés a nivel nacional e internacional.

Papalotes por los normalistas de Ayotzinapa.

El maestro Francisco Toledo fue conocido a nivel mundial por sus obras de arte, pero también por ser un luchador social, así como emplear su arte como medio de denuncia.

Mientras realizaba una serie de papalotes como parte de un proyecto de la cooperativa Taller de Arte y Papel Vista Hermosa, el autor usó los medios colocando los rostros de los 43 jóvenes desaparecidos de la normal "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa.

En su momento, el maestro explicaba que a los normalistas se les tenía que buscar también por aire, pues en la tradición antigua practicada en Juchitán, la gente usa los papalotes para atraer las almas de las personas fallecidas. Desde luego que para el autor no significaba que estuvieran muertos, si no una manera de atraerlos a casa con sus familias que aún los esperan.