/ lunes 5 de agosto de 2024

Violeta del Anáhuac | Acapulco ¿siempre Acapulco?

Acapulco no solo tiene en Otis el problema del reto para no perderse en el contexto de la oferta turística del país, el tema de la inseguridad sigue latente y por ende, limitando la permanencia del centro de descanso y de diversión.

El gobierno estatal centró su atención en dar al turismo condiciones de seguridad en acciones de carácter interinstitucional con instancia federal con la SEDENA, la SEMAR, la Policía Estatal, la Fiscalía General del Estado así como otras instancias como la Protección Civil, Promotora de Playas, etcétera.

Pero de pronto, el gobierno municipal aparecía con una agenda de cultura y de recolección de basura, temas por demás necesarios pero no con suficiencia para ser relevantes para el contexto en el que este Acapulco necesita en este momento.

Acapulco es una marca que por sí sola trae la imagen de la bahía de Santa Lucía, pero la misma no tiene todavía la fuerza necesaria que proviene desde dentro de sus propios actores relacionados con el turismo que se han quejado de falta de apoyo tras el huracán Otis.

Aunque la queja no solo provenga de la interrogante de cómo hacer para levantarse de esa contingencia.

Por ejemplo, uno pudiera pensar que solo se refiere a un asunto económico la respuesta, pero de las tres zonas en que está dividido el turismo porteño: Tradicional o Náutico, el Dorado y el Diamante, éste último no alcanza a recuperarse.

En esa zona el gobierno ha focalizado atención con eventos que se desarrollan en centros que impulsan el deporte y los espectáculos, pero dentro de la misma el vacío es inminente para la recuperación, se dice, de al menos 18 mil departamentos.

Si esa zona económicamente activa tiene problemas para levantarse, podría significar que ¿se está dejando sin apostar a ese destino de turismo la inversión?

Sería interesante para la población generar espacios de ayuda para la reconstrucción y ayuda para la recuperación emocional del efecto de Otis y la certeza de que se actúa para ser un espacio con condiciones para el turismo, sí, pero también para la sociedad que vive y desarrolla su actividad cotidiana en ese lugar al mismo tiempo de generar hacia afuera la confianza para la inversión.

Falta el compromiso hacia dentro y el compromiso conjunto para una recuperación integral.

Acapulco no solo tiene en Otis el problema del reto para no perderse en el contexto de la oferta turística del país, el tema de la inseguridad sigue latente y por ende, limitando la permanencia del centro de descanso y de diversión.

El gobierno estatal centró su atención en dar al turismo condiciones de seguridad en acciones de carácter interinstitucional con instancia federal con la SEDENA, la SEMAR, la Policía Estatal, la Fiscalía General del Estado así como otras instancias como la Protección Civil, Promotora de Playas, etcétera.

Pero de pronto, el gobierno municipal aparecía con una agenda de cultura y de recolección de basura, temas por demás necesarios pero no con suficiencia para ser relevantes para el contexto en el que este Acapulco necesita en este momento.

Acapulco es una marca que por sí sola trae la imagen de la bahía de Santa Lucía, pero la misma no tiene todavía la fuerza necesaria que proviene desde dentro de sus propios actores relacionados con el turismo que se han quejado de falta de apoyo tras el huracán Otis.

Aunque la queja no solo provenga de la interrogante de cómo hacer para levantarse de esa contingencia.

Por ejemplo, uno pudiera pensar que solo se refiere a un asunto económico la respuesta, pero de las tres zonas en que está dividido el turismo porteño: Tradicional o Náutico, el Dorado y el Diamante, éste último no alcanza a recuperarse.

En esa zona el gobierno ha focalizado atención con eventos que se desarrollan en centros que impulsan el deporte y los espectáculos, pero dentro de la misma el vacío es inminente para la recuperación, se dice, de al menos 18 mil departamentos.

Si esa zona económicamente activa tiene problemas para levantarse, podría significar que ¿se está dejando sin apostar a ese destino de turismo la inversión?

Sería interesante para la población generar espacios de ayuda para la reconstrucción y ayuda para la recuperación emocional del efecto de Otis y la certeza de que se actúa para ser un espacio con condiciones para el turismo, sí, pero también para la sociedad que vive y desarrolla su actividad cotidiana en ese lugar al mismo tiempo de generar hacia afuera la confianza para la inversión.

Falta el compromiso hacia dentro y el compromiso conjunto para una recuperación integral.