El pasado sábado 23 de noviembre, se llevó a cabo una asamblea nacional convocada por el Frente Cívico Nacional, en la ciudad de México. A ella concurrimos más de 2 mil delegados, de 280 distritos electorales federales. También acudieron simpatizantes del Frente y de otras organizaciones civiles que acompañan a éste.
Todos y cada uno de nosotros acudimos a la invitación con nuestros propios recursos y medios. Esto me entusiasmó, porque se respiraba un ambiente de libertad, de franqueza, de solidaridad. No hubo camiones de acarreados o de clientelas electorales.
Se convino que es necesario erigir un nuevo partido político que responda y abandere las causas sociales y los derechos humanos que están siendo pisoteados por este régimen.
Formar una alternativa política para aquellos indecisos y/o abstencionistas que no se sienten representados por ningún partido con registro. Darle cauce y, por tanto, fuerza a reivindicaciones sociales estigmatizadas, olvidadas o desechadas por las anteriores administraciones gubernativas, incluyendo la presente.
Así, se formaron tres mesas (Declaración de Principios, Programa de Acción y Estatutos) donde todos planteamos nuestro pensamiento y propuestas; quedando registro puntual de todas y cada una de ellas, respectivamente. De manera que, una vez concluidas las discusiones en cada una de las mesas, el Pleno de la asamblea votó por que se elaboren los documentos básicos que se presentarán ante el INE el 20 de enero del próximo año. El nombre, emblema y lema del partido será decidido por todos los inscritos o afiliados, que votaremos vía electrónica por las propuestas que haga la comisión encargada de este tema. Yo, particularmente me siento honrado por integrar la comisión de 13 miembros encargados de redactar los documentos básicos. Dicha comisión la coordina Leonardo Valdés Zurita, quien fue presidente del INE, de 2008 a 2013.
El nuevo partido tendrá como principios, entre otros, el que ningún dirigente puede ser candidato; tampoco ningún militante en cargo de elección popular podrá ser dirigente. Se privilegia la carrera partidista. Ella determinará los méritos para ser dirigente municipal, estatal o nacional; así como para ser postulado para algún cargo de elección popular. Cada quien tendrá la carrera interpartidaria basada en sus propios méritos -éstos sólo se conseguirán por tareas, comisiones, cuotas, cursos de capacitación, exámenes y fama pública; además de ir a elección abierta entre la ciudadanía-, y no a amigos, compadres o valedores.
Este será “el partido político de los derechos, las libertades y las causas justas.”