/ lunes 15 de julio de 2024

Surrealismo Político | Trump, una elección inédita

La elección en los Estados Unidos podría dar un quiebre a la forma en que se realizan como también en la seguridad, discurso y preferencias.

Dos ex Presidentes se enfrentan en busca de la Casa Blanca, sede del Poder Ejecutivo de USA, uno en funciones que busca la reelección, Joe Biden y Donald Trump, que ya estuvo en el ejercicio de la función presidencial y pierde justo frente a Biden, va en pos de ese encargo.

La elección, hasta antes del ataque al candidato presidencial republicano giraba sobre Biden -candidato demócrata- y su edad, pero en el asunto de su edad pesaban elementos como la lucidez mental, fundamental para encabezar cualquier responsabilidad profesional o popular, incluso para la vida misma.

Distintas voces se levantaban para pedir a Biden declinar la candidatura y se mencionaba entre sus posibles sucesoras a dos mujeres, Michelle Obama, ex primera dama, y la actual VicePresidenta, Kamala Harris, ambas profesionistas también representarían no solo el que una mujer pueda tener posibilidades de alcanzar la silla presidencial estadounidense, sino además la de ser competitivas y más ahora cuando la política nos muestra que es de tiempo y circunstancias.

Sin embargo, este sábado 13, en Butler, Pensilvania, Donald Trump daba un discurso como parte de su campaña presidencial y justo cuando hablaba de una política que frenara el ingreso de migrantes a los Estados Unidos, un disparo intentó quitarle la vida.

En tanto las investigaciones señalen la dirección de la bala, si esta rebotó de su chaleco antibalas hasta su rostro y rozó su oreja derecha, lo que está a la vista es un hombre que logra reaccionar en momentos cruciales: En el de recibir el impacto de bala, tocar la zona herida, mirar la sangre y buscar protegerse en el podio, una acción más rápida que en la que se escribe y se lee, hasta erguir la cabeza cuando aplican el protocolo de resguardo de su seguridad, levantar el brazo derecho y hacer un exclamación casi desafiante.

Trump, un viejo lobo de mar, conoce las mareas, los vientos y el canto de las sirenas, justo una de ellas lo lleva a ser esposado y posteriormente a realizar una campaña política sujeto a un proceso penal; las mareas de los grupos políticos de un país aún poderoso frente a otros poderosos países y estar de pie, así como capotear los vientos de distintas categorías para salir airoso, como ahora.

Y como antes, cuando el 6 de enero de 2021 se atribuyó a su autoría el “asalto al Capitolio”, permaneciendo en el interior de la cámara legislativa un grupo violento cuando se realizaba una sesión para contar el voto de la elección en que se levantó con el triunfo Joe Biden perdiendo la reelección Donald Trump.

Con todo, Trump permaneció fiel a su palabra de que buscaría de nueva cuenta la presidencia de los Estados Unidos y con todo, grupos antagónicos han buscado frenarlo y solo el tiempo nos dirá si esos grupos están detrás de ese atentado a su vida.

Lo cierto es que para este momento, Trump no es un personaje que se aleje del triunfo, sino que su propia fuerza, su naturaleza intrépida, su velocidad de pensamiento y acción lo conducen a una respuesta no escrita en los libros contemporáneos de política instruida por los manager, sino de la propia fuerza interior de donde emana y emanarán las nuevas líneas de acción y reacción ante hechos violentos.

Ahora la violencia lo encumbra, expone los riesgos de la elección, pero también lo fortalece. Habrá que ver el discurso que abordará tras este hecho que deja dos muertos, el de un elemento de bomberos que protegió con su cuerpo a su familia y recibe un impacto de bala en su cabeza y el del victimario, identificado como Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años, de Bethel Park, Pensilvania. Con todo Trump encabeza una elección inédita. ¿Surrealismo?

La elección en los Estados Unidos podría dar un quiebre a la forma en que se realizan como también en la seguridad, discurso y preferencias.

Dos ex Presidentes se enfrentan en busca de la Casa Blanca, sede del Poder Ejecutivo de USA, uno en funciones que busca la reelección, Joe Biden y Donald Trump, que ya estuvo en el ejercicio de la función presidencial y pierde justo frente a Biden, va en pos de ese encargo.

La elección, hasta antes del ataque al candidato presidencial republicano giraba sobre Biden -candidato demócrata- y su edad, pero en el asunto de su edad pesaban elementos como la lucidez mental, fundamental para encabezar cualquier responsabilidad profesional o popular, incluso para la vida misma.

Distintas voces se levantaban para pedir a Biden declinar la candidatura y se mencionaba entre sus posibles sucesoras a dos mujeres, Michelle Obama, ex primera dama, y la actual VicePresidenta, Kamala Harris, ambas profesionistas también representarían no solo el que una mujer pueda tener posibilidades de alcanzar la silla presidencial estadounidense, sino además la de ser competitivas y más ahora cuando la política nos muestra que es de tiempo y circunstancias.

Sin embargo, este sábado 13, en Butler, Pensilvania, Donald Trump daba un discurso como parte de su campaña presidencial y justo cuando hablaba de una política que frenara el ingreso de migrantes a los Estados Unidos, un disparo intentó quitarle la vida.

En tanto las investigaciones señalen la dirección de la bala, si esta rebotó de su chaleco antibalas hasta su rostro y rozó su oreja derecha, lo que está a la vista es un hombre que logra reaccionar en momentos cruciales: En el de recibir el impacto de bala, tocar la zona herida, mirar la sangre y buscar protegerse en el podio, una acción más rápida que en la que se escribe y se lee, hasta erguir la cabeza cuando aplican el protocolo de resguardo de su seguridad, levantar el brazo derecho y hacer un exclamación casi desafiante.

Trump, un viejo lobo de mar, conoce las mareas, los vientos y el canto de las sirenas, justo una de ellas lo lleva a ser esposado y posteriormente a realizar una campaña política sujeto a un proceso penal; las mareas de los grupos políticos de un país aún poderoso frente a otros poderosos países y estar de pie, así como capotear los vientos de distintas categorías para salir airoso, como ahora.

Y como antes, cuando el 6 de enero de 2021 se atribuyó a su autoría el “asalto al Capitolio”, permaneciendo en el interior de la cámara legislativa un grupo violento cuando se realizaba una sesión para contar el voto de la elección en que se levantó con el triunfo Joe Biden perdiendo la reelección Donald Trump.

Con todo, Trump permaneció fiel a su palabra de que buscaría de nueva cuenta la presidencia de los Estados Unidos y con todo, grupos antagónicos han buscado frenarlo y solo el tiempo nos dirá si esos grupos están detrás de ese atentado a su vida.

Lo cierto es que para este momento, Trump no es un personaje que se aleje del triunfo, sino que su propia fuerza, su naturaleza intrépida, su velocidad de pensamiento y acción lo conducen a una respuesta no escrita en los libros contemporáneos de política instruida por los manager, sino de la propia fuerza interior de donde emana y emanarán las nuevas líneas de acción y reacción ante hechos violentos.

Ahora la violencia lo encumbra, expone los riesgos de la elección, pero también lo fortalece. Habrá que ver el discurso que abordará tras este hecho que deja dos muertos, el de un elemento de bomberos que protegió con su cuerpo a su familia y recibe un impacto de bala en su cabeza y el del victimario, identificado como Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años, de Bethel Park, Pensilvania. Con todo Trump encabeza una elección inédita. ¿Surrealismo?