/ lunes 29 de julio de 2024

Surrealismo Político | "Tromba, el viento del cambio"

La tarde de este sábado, en Chilpancingo, específicamente en el centro de la ciudad, los vientos fueron subiendo de intensidad hasta que cobraron tal velocidad que hicieron volar los puestos que se colocan sobre las calles y los letreros de los establecidos.

Frente a la curiosidad que llevó a comerciantes y peatones a grabar para retener ese momento, las imágenes permitían ver rodar por el suelo la vendimia, volar las sombras y el correr de mujeres y hombres intentando no ser arrastrados por ese sorprendente viento.

Después vino otro comentario ¿cómo era posible que ese fenómeno ocurriera? También se dividía en temas como la fuerza de la lluvia que dejó caer granizo en la zona norte de la ciudad, en tanto en la sur la lluvia fue torrencial pero sin fuertes vientos.

La respuesta está en el cambio climático. En ese tema que no ha sido abordado con toda la responsabilidad por el gobierno federal y ha dejado vacíos en programas y recursos para su aplicación.

Si no hay recursos para atender las emergencias porque el dinero voló con los aires de la cuatro te que determinó cercenar fideicomisos como el FONDEN, menos para la aplicación de programas preventivos que no responden a una expectativa de problemática real, sino a una que emerge de la entrega de recursos para mantener una nómina más electoral que humana.

El cambio climático no es un tema que deje emociones electorales, por lo tanto no está en la agenda de la clase política como lo está la reforma judicial cuya guillotina pende no para cercenar una llamada clase corrupta, sino una acción de respeto al poder considerada insolencia por quien la ejerce como virrey.

Ante la naturaleza los discursos deben ser más claros y las acciones más contundentes.

Solo por citar este terruño donde estamos, Guerrero, ¿cómo podríamos no ser conscientes de la necesidad de aprender como convivir con la naturaleza, cómo no crear consciencia sobre los riesgos que ha presentado desde sismos, tormentas, y ahora huracanes?

Este tema debe ser asumido con mayor responsabilidad por el gobierno federal y hacer que acciones coordinadas con el estado y los municipios. No puede soslayar que, por ejemplo en esta entidad, hemos tenido crecidas de ríos, alertas por el nivel de agua -como en el rio Balsas-, cerrar el paso a invasiones en zonas federales y aplicar políticas más estrictas en la autorización de fraccionamientos.

No podemos ser damnificados de un gobierno federal que en aras de sostener un discurso contradictorio de no “no mentir, no robar, no engañar”, el pueblo vive -los chairos no- los efectos de la naturaleza sin forma de enfrentarlos. No cambiar el discurso nos lleva a observar como la naturaleza deja caer el efecto de su fuerza en una sociedad que no está alerta. Surrealismo?


La tarde de este sábado, en Chilpancingo, específicamente en el centro de la ciudad, los vientos fueron subiendo de intensidad hasta que cobraron tal velocidad que hicieron volar los puestos que se colocan sobre las calles y los letreros de los establecidos.

Frente a la curiosidad que llevó a comerciantes y peatones a grabar para retener ese momento, las imágenes permitían ver rodar por el suelo la vendimia, volar las sombras y el correr de mujeres y hombres intentando no ser arrastrados por ese sorprendente viento.

Después vino otro comentario ¿cómo era posible que ese fenómeno ocurriera? También se dividía en temas como la fuerza de la lluvia que dejó caer granizo en la zona norte de la ciudad, en tanto en la sur la lluvia fue torrencial pero sin fuertes vientos.

La respuesta está en el cambio climático. En ese tema que no ha sido abordado con toda la responsabilidad por el gobierno federal y ha dejado vacíos en programas y recursos para su aplicación.

Si no hay recursos para atender las emergencias porque el dinero voló con los aires de la cuatro te que determinó cercenar fideicomisos como el FONDEN, menos para la aplicación de programas preventivos que no responden a una expectativa de problemática real, sino a una que emerge de la entrega de recursos para mantener una nómina más electoral que humana.

El cambio climático no es un tema que deje emociones electorales, por lo tanto no está en la agenda de la clase política como lo está la reforma judicial cuya guillotina pende no para cercenar una llamada clase corrupta, sino una acción de respeto al poder considerada insolencia por quien la ejerce como virrey.

Ante la naturaleza los discursos deben ser más claros y las acciones más contundentes.

Solo por citar este terruño donde estamos, Guerrero, ¿cómo podríamos no ser conscientes de la necesidad de aprender como convivir con la naturaleza, cómo no crear consciencia sobre los riesgos que ha presentado desde sismos, tormentas, y ahora huracanes?

Este tema debe ser asumido con mayor responsabilidad por el gobierno federal y hacer que acciones coordinadas con el estado y los municipios. No puede soslayar que, por ejemplo en esta entidad, hemos tenido crecidas de ríos, alertas por el nivel de agua -como en el rio Balsas-, cerrar el paso a invasiones en zonas federales y aplicar políticas más estrictas en la autorización de fraccionamientos.

No podemos ser damnificados de un gobierno federal que en aras de sostener un discurso contradictorio de no “no mentir, no robar, no engañar”, el pueblo vive -los chairos no- los efectos de la naturaleza sin forma de enfrentarlos. No cambiar el discurso nos lleva a observar como la naturaleza deja caer el efecto de su fuerza en una sociedad que no está alerta. Surrealismo?