En 1987 se realizó la primera edición de las Jornadas Alarconianas, un festival cultural para mostrar la grandeza del dramaturgo Juan Ruíz de Alarcón y Mendoza, a iniciativa del Gobernador José Francisco Ruíz Massieu y a cargo del Maestro Héctor Azar.
En ese contexto se estableció el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruíz de Alarcón, otorgado por el INBA, Instituto Nacional de Bellas Artes y el propio gobierno del estado de Guerrero.
Los callejones, las iglesias, la Parroquia de Santa Prisca, el entonces Centro Internacional Taxco, plazoletas y explanadas fueron el marco extraordinario para mostrar la belleza de puestas en escena y los salones de Casa Borda, entre otros espacio, recibieron las voces ilustradas que versaron sobre la vida y obra de este dramaturgo.
José Francisco buscaba que las Jornadas no solo fueran en reconocimiento, análisis, discusión y difusión de la obra de Juan Ruíz de Alarcón, sino que además buscó posicionar este festival a la altura del Festival Cervantino.
A diferencia del Festival Cervantino, las Jornadas Alarconianas tenían otro escenario natural sin parangón, las grutas de Cacahuamilpa, lugar donde que tuvo como primer invitada la Orquesta Sinfónica del IPN, Instituto Politécnico Nacional.
En ese mismo periodo de Gobierno, a partir de un convenio con la Iglesia Católica, el INAH, Instituto Nacional de Antropología e Historia, el INBA, entre otras, se abrieron las bóvedas de Santa Prisca para iniciar un proceso de restauración de la Parroquia y el rescate de la obra cultural, que tuve oportunidad de grabar en todo el proceso.
Taxco no solo era visitado por su colonial trazo urbano, por la belleza de Santa Prisca, sino además por la celebración de Semana Santa donde penitentes conocidos como Los Encruzados, portando rollos de zarza, descalzos, con la piel de la espalda y brazos desnudos, portando capuchas negras, realizan una peregrinación como manda, es decir, como el cumplimiento de un compromiso con Dios.
En el año de 1999 la organización de este festival pasó al Instituto Guerrerense de la Cultura. Sin embargo, este evento empezó a venir a menos en cuanto a los cuadros culturales que se presentaban, empezó a dejar de apostarle a la cultura no solo como un acto cultural en si mismo, o como el espacio de expresión de artistas guerrerenses, sino además la cartelera empezó a dejar de lado la propia presencia de investigadores Alarconianos, sino que grupos culturales habían prácticamente condicionado la presencia de artistas sino se incorporaban a grupos locales.
Posteriormente nos enteramos que las peregrinaciones de Semana Santa habían recibido presión de grupos delincuenciales que condicionaban su presencia al pago de piso. Algo que después reconoció como cierto el Obispo de la Diócesis Chilpancingo – Chilapa, José de Jesús González Hernández, y este 2024 esa celebración religiosa casi se suspende tras el linchamiento de una mujer, que le ocasionó la muerte y la de sus dos hijos, hoy detenidos, señalados del feminicidio de la niña Camila, cuando los medios nacionales e internaciones suelen dar cobertura a los penitentes y las mandas con flagelación.
Y lo surrealista del caso es que en Taxco el señalamiento público de que la policía estaba involucrada en acciones delincuenciales toma fuerza al tomar el Gobierno Estatal el mando del C2, Centro de Control y Mando al encontrar en su interior a un secuestrado, a elementos que no pudieron acreditar ser policías municipales y policías municipales acusado de secuestro y homicidio.
¿Cuándo perdimos a Taxco? ¿Quiénes son responsables de que ese destino turístico sea un referente de violencia y corrupción y no un referente cultural? Parece que fuente ovejuna señor. Surrealismo?