/ martes 8 de octubre de 2024

Surrealismo Político / Acapulco, ¿tiene futuro?

Acapulco no solo es un destino turístico por excelencia, para México y el mundo, este puerto es un ícono que también ha inspirado la poesía, la música, y la política, donde se convirtió en la perla de la corona su Ayuntamiento, de tal manera que para gobernarla había injerencia desde el centro del país en la designación de candidatos.

Pero Acapulco también ha sido noticia porque ha sido devastada por los fenómenos naturales.

Entre los más recientes que tiene a las y los acapulqueños con el nombre de DIOS en los labios están: El Huracán Paulina el 9 de octubre de 1997; El Huracán y la tormenta tropical Ingrid y Manuel el 14 de septiembre de 2013; Otis, lo devasta los primeros minutos del 25 de octubre de 2023 y el 24 de septiembre de 2024 lo toca el Huracán John.

El tamaño de los daños que deja este último, o quizá diré, el mas reciente, John, de acuerdo a datos de la Coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, deja 127 mil 844 personas damnificadas con 39 mil 941 casas de 19 colonias afectadas.

¿Qué ha pasado con Acapulco? Qué lecciones no hemos aprendido como guerrerenses? ¿Qué responsabilidad tienen las autoridades de los tres órdenes de gobierno?

Frente a la necesidad de vivienda se han tomado decisiones de invasión y decisiones por interés económico.

En todas ellas están involucrados problemas “de invasión de cuerpos de agua y llanuras de inundación“.

Recordemos la invasión al Parque Nacional de El Veladero cuya reubicación poblacional se dio en Ciudad Renacimiento, una zona que se convirtió en una llanura inundada solo transitable en canoa, si así estaban las calles, ¿podemos imaginar como estaban las casas?

Las decisiones políticas tienen que ver con el ordenamiento territorial, o debo decir, con la falta de planeación del puerto con ordenamiento territorial.

Sin embargo, esto implica un trabajo de reingeniería que debe contemplar la reubicación poblacional con sanciones penales para evitar una nueva invasión en zonas de riesgo.

Pero ¿quién se echará ese trompo a la uña, si las decisiones que usa el gobierno tiene un fondo electoral y al contrario, cuidan sus parcelas de voto duro?

Ninguna autoridad ha realizado señalamientos legales, solo de descalificación hacia el pasado, y mantiene secrecía de los nombres de implicados porque se trata de asuntos políticos.

Acapulco tiene el atractivo de ser un puerto de belleza natural que están ahogando también por asuntos de violencia, con temas recurrentes de homicidios y feminicidios, que han alejado al turismo porque ¿quién quiere vacacionar en un lugar inseguro? Y luego, para justificar, hacen responsables a los medios por dar a conocer esos hechos, cuando somos el mensajero de una circunstancia.

Por si solo Acapulco tiene destino y futuro porque logra destacar su belleza tras cada golpe de la naturaleza. Pero lo tiene cuando la siguen invadiendo, la siguen construyendo con riesgos, la mantienen en la violencia? El futuro no es solo un tiempo por venir, el futuro es un tiempo por venir con planeación, con responsabilidad social y política. Pero ¿quién dice yo? ¿Surrealismo?

Acapulco no solo es un destino turístico por excelencia, para México y el mundo, este puerto es un ícono que también ha inspirado la poesía, la música, y la política, donde se convirtió en la perla de la corona su Ayuntamiento, de tal manera que para gobernarla había injerencia desde el centro del país en la designación de candidatos.

Pero Acapulco también ha sido noticia porque ha sido devastada por los fenómenos naturales.

Entre los más recientes que tiene a las y los acapulqueños con el nombre de DIOS en los labios están: El Huracán Paulina el 9 de octubre de 1997; El Huracán y la tormenta tropical Ingrid y Manuel el 14 de septiembre de 2013; Otis, lo devasta los primeros minutos del 25 de octubre de 2023 y el 24 de septiembre de 2024 lo toca el Huracán John.

El tamaño de los daños que deja este último, o quizá diré, el mas reciente, John, de acuerdo a datos de la Coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, deja 127 mil 844 personas damnificadas con 39 mil 941 casas de 19 colonias afectadas.

¿Qué ha pasado con Acapulco? Qué lecciones no hemos aprendido como guerrerenses? ¿Qué responsabilidad tienen las autoridades de los tres órdenes de gobierno?

Frente a la necesidad de vivienda se han tomado decisiones de invasión y decisiones por interés económico.

En todas ellas están involucrados problemas “de invasión de cuerpos de agua y llanuras de inundación“.

Recordemos la invasión al Parque Nacional de El Veladero cuya reubicación poblacional se dio en Ciudad Renacimiento, una zona que se convirtió en una llanura inundada solo transitable en canoa, si así estaban las calles, ¿podemos imaginar como estaban las casas?

Las decisiones políticas tienen que ver con el ordenamiento territorial, o debo decir, con la falta de planeación del puerto con ordenamiento territorial.

Sin embargo, esto implica un trabajo de reingeniería que debe contemplar la reubicación poblacional con sanciones penales para evitar una nueva invasión en zonas de riesgo.

Pero ¿quién se echará ese trompo a la uña, si las decisiones que usa el gobierno tiene un fondo electoral y al contrario, cuidan sus parcelas de voto duro?

Ninguna autoridad ha realizado señalamientos legales, solo de descalificación hacia el pasado, y mantiene secrecía de los nombres de implicados porque se trata de asuntos políticos.

Acapulco tiene el atractivo de ser un puerto de belleza natural que están ahogando también por asuntos de violencia, con temas recurrentes de homicidios y feminicidios, que han alejado al turismo porque ¿quién quiere vacacionar en un lugar inseguro? Y luego, para justificar, hacen responsables a los medios por dar a conocer esos hechos, cuando somos el mensajero de una circunstancia.

Por si solo Acapulco tiene destino y futuro porque logra destacar su belleza tras cada golpe de la naturaleza. Pero lo tiene cuando la siguen invadiendo, la siguen construyendo con riesgos, la mantienen en la violencia? El futuro no es solo un tiempo por venir, el futuro es un tiempo por venir con planeación, con responsabilidad social y política. Pero ¿quién dice yo? ¿Surrealismo?