La enciclopedia nos dice que Epicuro fue uno de los grandes filósofos de la antigua Grecia 400 antes de Cristo y fundador de la corriente filosófica que lleva su nombre: el epicureísmo la cual buscaba la felicidad a través del placer. Postulaba que el placer constituye el objetivo final de la vida y que este se define como la ausencia de dolor.
A su vez consideraba que el hombre debía bastarse a sí mismo a través de la libertad dejando de lado los miedos que impedían disfrutar de la vida. Al ser empirista, creía que los sentidos eran la única fuente confiable del conocimiento haciendo de la búsqueda del placer por los seres humanos algo vital para su disfrute.
A 25 siglos de la propuesta de Epicuro por el placer, este sigue siendo el objetivo del ser humano convertido hoy en turista.
En Acapulco las nuevas voces que se oyen y quienes descubren los nuevos hilos negros de la actividad turística nos hablan de un nuevo modelo referente al servicio de atención al turista que permita conectar al anfitrión con los invitados de una manera cordial y amigable. Sin embargo, este nuevo modelo sigue siendo más de lo mismo con errores que lo único que benefician es al gran capital perjudicando al destino y sus anfitriones.
Epicuro nos evidencio hace 25 siglos que el placer es el deseo y la alternativa que todos los seres humanos buscan, así lo plantea Armand Coeur Bergeret en su tesis de maestría sobre la “Seducción del turismo” para Acapulco como una alternativa donde busca explicar a los anfitriones la verdadera metodología de Epicuro, Levi Strauss y Jean Baudrillard quienes se refieren a la seducción dentro de un formato que permita atraer mayor turismo y satisfacer las fantasías que la Lic. Karina Jiménez nos explica en su investigación de maestría “Turismo y Fantasía”.
Las anteriores lecturas nos han permitido conformar este nuevo modelo que todo el mundo busca en reuniones y foros para atraer más turismo con base a lo anterior.
Armand Coeur es parte del intelecto científico acapulqueño solidario con la comunidad y Karina Jiménez busca expresar a través de su investigación a los anfitriones esos sueños y fantasías turísticas que atraigan un mayor turismo al destino, mismo que Julián Curiel Vallecillo analiza en su trabajo de investigación sobre el turismo después de Otis y John a través de la teoría de la percepción de estos desastres y sus efectos en la comunidad y sus invitados lo cual nos permite con la suma de los investigadores anteriores la construcción de esta nueva teoría que tiene solamente 25 años de vida.
La realidad que Acapulco atraviesa hoy es la falta de financiamiento, ya que la mayoría de las empresas que fueron destruidas en estos desastres naturales no contaban con el seguro y la ayuda para poder resurgir posteriormente a los meteoros. Y ante la negación del gobierno federal de otorgarles subsidio a las empresas en la forma que estos la solicitan (fondo perdido), Acapulco se ve en un laberinto de caída libre sin solución.
Cinthia Rodríguez especialista en turismo y tiempo compartido nos comentaba que los invisibles han aumentado en el turismo por la falta anteriormente mencionada de la poca previsión y preparación de los anfitriones del destino frente a este tipo de adversidades.
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