La cruel decapitación de Alejandro Arcos Catalán muestra una vez más el pavoroso poder que tienen las organizaciones criminales para dejar literalmente sin cabeza a cualquier gobierno.
¡Es espantoso!
No solo asesinaron y mutilaron a una persona, lo cual ya es un hecho deleznable. Se lo hicieron al nuevo alcalde de la ciudad sede de los tres poderes del gobierno estatal y lo exhibieron públicamente para que todos lo viéramos.
Hace dos años, el 5 de octubre de 2022 hombres armados mataron en pleno Palacio Municipal al alcalde de San Miguel Totolapan, Conrado Mendoza, a su papá el ex alcalde Juan Mendoza Acosta y a otras 16 personas. Un caso muy mediático e impune.
Este domingo 6 de octubre de 2024 fue terriblemente asesinado el presidente municipal de la ciudad políticamente más importante del estado, su capital Chilpancingo, hoy sin alcalde constitucional que presida el Ayuntamiento, ni secretario General porque a éste lo mataron a balazos un par de día antes. Un caso muy mediático, ¿e impune?
En ambos casos, el de Mendoza y el de Arcos, se trata de alcaldes emanados del PRD, aunque Arcos llegó en alianza con el PRI y el PAN.
Alejandro Arcos era un político joven y muy querido en el ámbito estatal, en el cual incursionó en tiempos del ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, cuando fue compañero de bancada de su difunto hijo Ángel Aguirre Herrera y de Jorge Salgado Parra, hijo del entonces secretario de Finanzas del gobierno estatal Jorge Salgado Leyva, y quien ahora morenista, fue su principal competidor al que Arcos ganó por un resultado cerrado.
Durante las campañas hubo señalamientos de parte del candidato de Movimiento Ciudadano, Víctor Manuel Toledo, de que una organización criminal, de la cual no dijo el nombre, no lo dejó hacer campaña en la zona rural donde afirmó que solo tenían permiso Arcos y Salgado.
Entre las primeras declaraciones de prensa ya como alcalde, Alejandro Arcos dijo que él no dialogaría con grupos criminales, como lo hizo su antecesora Norma Otilia Hernández quien fue exhibida en video reunida con el jefe de uno de éstos.
¿Fue esta declaración motivo de su muerte? ¿Fue alguna relación de los partidos que lo postularon con una organización de las que operan en la capital de Guerrero? ¿Fue una declaración de poder de alguno de estos grupos? ¿Se sabrá esta vez o se sumará al largo número de casos de violencia política sin esclarecer en el estado y en el país? ¿Sabremos en esta ocasión qué fue, quién fue, y cuál será su castigo?
Si el largo brazo de los criminales es capaz de llegar a quién sea, cuándo sea, cómo sea, dónde sea y frente a quien sea, el de la Ley no debiera ser tan corto como si las autoridades padecieran focomelia.
Ni eso sería pretexto porque a diferencia de las personas que sufren el limitado desarrollo de sus extremidades a causa de alguna malformación el Estado Mexicano sí cuenta con los recursos y las posibilidades para superar su deficiente política anticrimen.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció en su conferencia la mañana de este lunes, que su gobierno aportará a raíz del magnicidio de Alejandro Arcos “mayor presencia, inteligencia e investigación en materia de seguridad” a Guerrero, y la gobernadora Evelyn Salgado, la más interesada en que la federación aporte las herramientas con las que solo ese nivel de gobierno cuenta, en seguida le tomó la palabra.
Esperemos que este lamentable hecho sea realmente el parteaguas para que el Estado Mexicano cumpla al fin con su obligación de garantizar la seguridad a los mexicanos y retomar su papel de dueño del territorio nacional. No se trata de abrazos o balazos, simplemente de imponer el orden, aplicar la Ley, y cuidar a sus contribuyentes.
Mientras tanto, sigamos temblando porque si eso le hacen a personas que tienen poder político y económico, ¿qué podemos esperar los demás? ¡Es terrible!