El puerto será un gigantesco sello de colores que da por concluidos los trabajos de reconstrucción de Acapulco por el destructor huracán Otis, y el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el presidente que, aunque a muchos no les guste reconocerlo, ha dado en Acapulco el mayor apoyo a la población damnificada por un desastre natural, que tampoco tuvo precedente.
Pero el color de la esperanza, el que indica que el puerto continuará siendo apoyado, también está en las fachadas de las casas de los acapulqueños, pero sobre todo en la foto inaugural del programa “Juntos pintamos Acapulco”.
En ella aparecen tres mujeres cuya entrega a dirigir la reconstrucción y reactivación de este puerto turístico que por primera vez en su historia vio destruida su planta hotelera, sus comercios, sus servicios públicos, e incluso las viviendas de la mayor parte de sus pobladores, fue fundamental.
Se trata de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y la secretaria de Gobernación, Luis María Alcalde Luján, a quienes el presidente puso al frente de la reconstrucción, así como la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, quien ha radicado en Acapulco desde el desastre coordinando personalmente la entrega de apoyos.
¿Por qué esta foto es esperanzadora? La imagen muestra a tres mujeres que trabajaron en equipo ante una adversidad nunca antes vista. Cuando eso sucede, se genera unidad y familiaridad. Sus lazos de amistad, independientemente de su compañerismo como parte del mismo partido político, se refuerzan.
Pero, además Ariadna Montiel seguirá al frente de Bienestar en el próximo sexenio que inicia el próximo 1 de octubre, mientras que Luisa Alcalde es muy probable que sea la dirigente nacional de Morena, desde donde sin duda puede incidir en las mayoritarias bancadas de su partido la orientación de apoyos para el estado, que por si fuera poco, debe estar muy en el ánimo de la presidenta electa Claudia Sheinbaum porque está entre los cinco donde obtuvo más votos en la elección del 2 de junio.
Claro, siempre habrá quienes quieran poner al puerto el negro color de sus frustraciones políticas, pero Acapulco se pinta de esperanza.