Felipe de Jesús Calderón Hinojosa fue Presidente desde el 1 de diciembre de 2006 hasta el 30 de noviembre de 2012 y tal parece ser que lo sigue siendo, tras haber terminado su mandato constitucional, Calderón sigue presente en Palacio Nacional, AMLO lo menciono de manera permanente durante las mañaneras de su sexenio, ahora Claudia Sheinbaum hace lo mismo al inicio de su presidencia (con A) en el mismo esquema de echarle la culpa al pasado, al sexenio calderonista, sobre todo en lo que se refiere a la justificación de la violencia, tomando la temática de la "guerra de Calderón" en lo referente al combate al narcotráfico.
Claro que para López Obrador Calderón no es el único que ha servido de ejemplo para justificar errores, fobias y hasta rencores, son muchos "sus" presuntos culpables, pero Carlos Salinas de Gortari fue (tal vez lo sea también de sus memorias) el "villano favorito, las menciones sobre Salinas de Gortari pasaron a ser la referencia política en contra del neo liberalismo mexicano, bandera permanente para generar un esquema de ideologización propia hasta generar el llamado lopezobradorismo que hizo lograr la creación de MORENA sobre los despojos del PRD y se engullo al PRI como una bacteria come entrañas.
A la 4T y a López Obrador le cayó como anillo al dedo la detención de García Luna e Estados Unidos, fue la justificación ideal de su mensaje de sociedad para con el crimen organizado con el eslogan de "Abrazos, No balazos" y la fijación de que toda la violencia que ha generado miles de desaparecidos y casi doscientos mil muertos víctimas de la brutalidad de los grupos delincuenciales que operan impunemente en México, al final de cuentas todo es y seguirá siendo culpa de Calderón Hinojosa, para la dupla López Obrador - Sheinbaum una sentencia condenatoria severa para García Luna sería el cierre ideal del "yo no fuí fue Calderón".
La numeralía de las víctimas del crimen organizado y su extrema violencia apenas inicia y ya hay asesinatos de alto impacto como el de el presidente municipal de Chilpancingo, los migrantes asesinados en Chiapas a manos del ejército, la confrontación armada entre rivales de dos carteles en Culiacán, más los que ya se suman en todo el país, habrá más muertes, más desaparecidos, más masacres, más daños colaterales y la justicia solo le apuesta a la "normalización), a que la sociedad se acostumbre y viva temerosa, los políticos seguirán creando de viva voz la línea presidencial, total, lo menos importante es la economía (para eso esta la dádiva), la educación, la salud, el desarrollo, las instituciones, el equilibrio de poderes, lo que importa es un proyecto que en el que todos, todos los poderes sean sumisos y los legisladores, jueces, gobernadores sean lacayos, así que el pretexto ante el ya evidente fracaso seguirá siendo el pasado y sí, veremos que al final de cuentas en la justificación de la criminalidad, las complicidades y el autoritarismo, tendrán un nombre como distractor y justificación y así inicia... El tercer sexenio de Calderón.